Cerca de 400 vecinos en el 400 aniversario de la Torre Mudéjar de Jérica

Un buen número de vecinos que los responsables municipales estiman en casi cuatrocientos, se reencontraron con la singular torre mudéjar, la suya y la nuestra, la de las campanas, vestida de luces que como velas sumarían cuatrocientas (tal vez más), las mismas que años tienen los dos cuerpos superiores de su flamante figura, los que aportan el sello mudéjar plateresco y la distinguen como única en tierras valencianas.

Y es que precisamente ayer, 23 de diciembre, pero de hace cuatro siglos, en 1622 se firmaba el ápoca o documento de liquidación del fin de obra de la construcción de los dos cuerpos superiores de la torre.

Y el Ayuntamiento de Jérica, en colaboración con la Concejalía de Cultura y Fiestas, el Consejo Municipal de Cultura y la Asociación de Campaneros, han querido poner la guinda a la celebración del 400 aniversario, que se ha venido desarrollando a lo largo de todo el año, con un 'brindis por la torre'.

Y así ocurrió ayer, en el mismo recinto que rodea la torre con el 'brindis' que propuso el alcalde de la villa, Jorge Peiró, que aprovechó el momento para felicitar las fiestas a todos los asistentes. Tras sus palabras se repartieron pastas, mistela y una bolsa conmemorativa con la imagen de la torre.

Pero la verdadera guinda la puso la Asociación de Campaneros, con un volteo, a mano, del que pueden presumir y con razón tanto por el reconocimiento del uso de los toques a mano como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO, título concedido recientemente, como por ser ellos los poseedores de tener el privilegio de haber mantenido desde la antigüedad y de forma permanente, los repiques y volteos a mano.

La torre de Jérica

Según un fragmento de un escrito inédito sobre la torre del arquitecto de Jérica, Enrique Martín Gimeno:

"El primer acuerdo del concejo de la villa tomado para la construcción de un nuevo campanario data del 24 de Agosto de 1614, y se dice que se construya sobre la torre de la Alcudia una nueva torre, encargando los planos de ésta a un cartujo de Porta-Coeli (Portaceli) llamado Fr. Antón Ortín.

La subasta de la obra se hizo el domingo después de Sta. Águeda, 5 de febrero de 1616, quedándose la obra el maestro Domingo Frasnedo en la cantidad de 1.775 libras. También se acordó dar la dirección de la obra a otro monje de una cartuja próxima a la villa, la cartuja de Val de Cristo, llamado Fr. Pedro Ruhimonte. Los trabajos comenzaron el 19 de Mayo de 1616 empezando por demoler y reparar la parte superior de la torre de la Alcudia como antes he citado.

En un principio se proyecto hacer la torre con cuatro cuerpos (el de la torre de la Alcudia y tres más) pero luego, debido a la escasez de recursos que padecía por aquel entonces la villa se vio obligado Fr. Pedro Ruimonte a suprimir una de estas linternas, lo cual motivo que se hiciera un segundo plano o traza en la cual se incluyó una modificación para levantar un poco la torre de la Alcudia de cómo se había dejado después de repararla ya que según el gusto de los jericanos que manifestaron al concejo se quedaba baja comparada con el primero de los cuerpos construidos.

En Junio de 1619 debería ya estar muy adelantado el segundo cuerpo de los nuevos construidos ya que se da una orden para se suban las campanas al cuerpo central.

En 1620 debería estar la estructura prácticamente terminada y sólo debía faltar hacer una serie de mejoras o perfeccionamientos en el acabado, entonces se produjeron unos incidentes entre el constructor y el concejo que determinaron la intervención, para hacer revisión de lo que podían valer estas mejoras de unos técnicos. Vino Antonio Barán picapedrero de Segorbe y Francisco Catalán obrero de la villa de Valencia los cuales dieron su informe sobre lo que podía faltar hacer y el coste. Pero el acuerdo entre el concejo y el constructor no se produjo y hubo repetidos pleitos entre éste y el ayuntamiento que retrasaron la terminación de la obra hasta el 23 de Diciembre de 1622".