"El alumnado no podrá hacer uso de los baños entre clases". Su acceso, restringido bajo llave, exigirá un permiso del profesor, una tarjeta y toma de datos en lo que llaman "hoja de control". Asà lo ha adelantado el instituto público de Benicà ssim en un comunicado a la comunidad educativa. La medida, que el centro pretende implantar en enero, pone en alerta roja los derechos fundamentales de los estudiantes y la salubridad. La comunidad educativa denuncia que este instituto lleva meses con aseos averiados e inaccesibles, lo que causa colas. Dirección opta por clausurarlos, pese a reconocer que solo "son unos pocos quienes causan desperfectos y suciedad". Estudiantes y padres reclaman que se adecenten y abran todos los aseos y que se tomen medidas contra los vándalos, no en general. Fuentes de la Conselleria de Educación ven la situación "increÃble" y recuerdan que lo recomendable es aprovechar entre clases para hacer las necesidades.
El protocolo fue aprobado el pasado 12 de diciembre por el Consejo escolar ante las quejas de estudiantes y de las limpiadoras. Cada centro tiene su reglamento de régimen interno. No obstante, "estamos ante una necesidad fisiológica universal que prevalece sobre cualquier otra norma que el centro intente implantar, y más si puede suponer conflictos", denuncian. El abanico de repercusiones sanitarias, legales y de convivencia es amplio y complejo, como letrados y sanitarios advierten. Y la experiencia lo corrobora.
Un exalumno estalla: "¿Consejo Escolar? ¡No me hagáis hablar!: cuatro gatos que no representan a nadie más que a ellos mismos. Claro que son mayorÃa los que se quejan del estado de los aseos, igual que nos quejábamos nosotros, pues todo está igual o peor, que lo hemos visto. Pero la reivindicación es que los baños estén accesibles y arreglados, ¡no que los cierren!".
Por su parte, una madre comenta que "todos los aseos han de estar en condiciones y permanentemente abiertos; su acceso ha de ser libre, no supeditado a pedir una llave. Prácticamente están obligando a presentar una instancia para hacer las necesidades a docenas de jóvenes, que acudirán a la vez". De acuerdo con lo que unos padres exponen, "asistimos a una normalización de la barbarie, y eso es inadmisible".
El exsenador Carles Mulet, docente en la actualidad en un instituto de Riba-roja, califica la norma de "burrada" y apunta que "lo que al final pasará es que el alumnado deberá ir al baño en medio de la clase, con la pérdida de tiempo y molestias que eso ocasiona". En efecto, ir al baño durante una clase es justo lo que se ha de evitar, salvo urgencia. Al respecto critica un estudiante de 2° del Violant de Casalduch que a ellos no suelen dejarlos ir: "Durante las clases, si una chica pide ir, normalmente la dejan; a nosotros, rara vez. Si las colas entre clases ya son largas, ahora será mucho peor. Y lo será para nosotros sobre todo. Los baños siempre están agolpados de pequeños".
Prieto Usano, abogado penalista, advierte que "lo que me chirrÃa de todo esto es que tengan que dar sus datos personales cada vez que tengan que ir al baño (sean chicos o chicas), cómo puede verse afectado el derecho a la intimidad. CabrÃa plantearse su posible inconstitucionalidad".
El Real Decreto 732/1995 del 5 de mayo recoge entre los derechos de los alumnos y las normas de convivencia en los centros dos artÃculos clave que conviene rescatar aquÃ:
"ArtÃculo 15. Todos los alumnos tienen derecho a que su actividad académica se desarrolle en las debidas condiciones de seguridad e higiene".
"ArtÃculo 17. Todos los alumnos tienen derecho a que se respete su integridad fÃsica y moral y su dignidad personal, no pudiendo ser objeto, en ningún caso, de tratos vejatorios o degradantes".
En este contexto el profesorado puede acogerse a su derecho a la objeción de conciencia para no seguir la norma. La docente Elvira Fernández Pena, creadora de la página Atención Selectiva, aún va más lejos. Pone la atención en los casos vulnerables, pero también piensa en general y dice en su artÃculo 'Ir al baño en un centro escolar': "Me puse en su lugar y pensé si esa norma de tener que pedir permiso serÃa algo que yo misma tolerarÃa", pues 'dejar' ya implica restricción. Y añade que "los problemas de colas inmensas" los tienen quienes imponen normas extremas.
Restringir es un modo de prohibir. La Generalitat no permite que un centro dependiente de ella tenga aseos fuera de servicio, sin reparar, indefinidamente. Ante esta situación, como indica el abogado López Ortega, es viable la pertinente reclamación.
Una medida tan drástica como la que quiere implantar el instituto de Benicà ssim solo puede tener cabida en el marco de la excepcionalidad, y con carácter transitorio (como pasó durante la pandemia en varios centros de AndalucÃa). Que, aprovechando tal circunstancia, se mantenga la restricción en algunos institutos, con listas y llave, pone en jaque los derechos básicos del alumnado. Prieto Usano advierte de que también pueden plantearse la vÃa civil y la penal, y opina, como conclusión que no cree "que finalmente implanten esto".
El Violant de Casalduch cuenta con dos edificios dentro del mismo recinto. Una estudiante explica que hay dos baños para el alumnado en cada uno, pero que "uno de los edificios tiene ambos aseos clausurados desde hace muchos meses; alguno, desde hace más de un año, incluso". "AsÃ, si estás en el edificio donde no hay baños disponibles, has de salir e ir al otro, recorriendo escaleras y pasillos", remata. Esto es precisamente lo que pasaba en el IES de Benicarló. En febrero de 2024 el Sindicato de Estudiantes denunció su situación, tachándola de "insulto a las condiciones de estudio y dignidad". Hasta Mazón los animó a ir a la huelga por no tener acceso a todos los baños (como puede verse en declaraciones publicadas por varios medios), y asà lo hicieron. Actualmente están de obras en dicho instituto.
"Entre clases solo hay cinco minutos, y somos un montón, pero no robots. Lo que tiene que hacer el centro es abrir todos los aseos, no cerrarlos", apostilla J., otro estudiante del Violant.
E., también alumna de este centro, opina que "todo da asco en los aseos: suelos rotos, paredes manchadas de mierda, sin papel higiénico... Y no entiendo que para ir al baño tengas que cumplir con un protocolo que no tiene ni pies ni cabeza. ¿Qué pretenden?, ¿que nos pongamos perdidas?, ¿que nos meemos encima?".
"Yo no tolerarÃa que mis hijos sacrificaran su estabilidad y dignidad en aras de un régimen asÃ. Como padre y como sanitario, particularmente, lo desapruebo. Es muy grave esto", manifiesta un psicólogo clÃnico.
Casos previos y secuelas
Una escuela de secundaria en el Reino Unido, en West Yorkshire, ya determinó algo similar, con las consecuencias previsibles. Allà se limitaban prohibir ir al baño durante las clases, no entre clases, como pretende el Violant de Casalduch. Las largas colas de alumnos para ir al aseo antes de comer, asà como los trastornos sanitarios, impulsaron a padres y alumnos de este instituto inglés a reaccionar contra la dirección masivamente.
Dos hermanas relatan su experiencia en un instituto de Marbella, donde esta norma rige, aunque las quejas han logrado que el mismo profesorado se la salte por su inviabilidad: "Es como un penal, y la gente se rebela. Antes de la norma ya iba yo con canguelo a clase. Y con la norma voy con canguelo también, pues temo mearme encima porque no hay tiempo humano de ir al baño. Además, me da claustrofobia. Y los chiquillos lo pasan mal también: el problema es que muchos no hablan", relata una de ellas.
"Menos mal que nos hacen caso. Hay profes con empatÃa. Vamos, que al final nos dejan salir al baño entre clases o en cualquier otro momento. No queda otra: si nos ponen nerviosas con reglas absurdas es peor. Un compañero de Sevilla, de otro centro, se cagó sin querer en los pantalones y encima le escribieron amenazas en las baldosas del baño. Cuando los bestias no pueden hacer piarda, pues... Esta moda de las pintadas de caca está muy extendida, igual que el vapeo", añade su hermana.
En otras ocasiones el Violant de Casalduch ha estado en el punto de mira de la inspección educativa. En marzo de 2020 una profesora de Educación FÃsica organizó una recogida de basura y chatarra en el barranco de Farja, lindante con el centro. Con la mascarada de hacer ejercicio y ecologÃa fueron explotados y expuestos a infecciones en horas lectivas decenas de adolescentes. Imágenes en que se los veÃa llenando basura en bolsas y hasta cargando mallazos de obra fueron difundidas.
"Si protestas, te invitan a sacar a tus hijos del centro", se lamenta M., una madre, aludiendo al Violant. Un padre afirma que ni le contestan. "En un cesto lleno de manzanas hay que sacar las que haya podridas, ponerlas en manos de la autoridad. Si no es en el baño, será en otro sitio donde hagan animaladas. No pueden pagar justos por pecadores", ejemplifica desde un instituto de Málaga un trabajador que prefiere no identificarse.
En los institutos hay menores y mayores de edad. Cada vez con más frecuencia interviene la PolicÃa o la Guardia Civil: una gamberrada puede acabar en los Tribunales.
Cabe reflexionar sobre el peligro de que la sociedad acepte cárceles en lugar de verdaderos centros educativos, abiertos a la crÃtica.