Un animal no podÃa tener mejor homenaje que el de los
numerosos testimonios de pésame que está recibido su dueño.
Y es que Capitán, un caballo tordo, casi blanco de capa,
admirado por muchos aunque no supieran su nombre, falleció ayer, ante el pesar
y la desesperación de la familia propietaria, como consecuencia de un cólico.
Su dueño, Fernando Zarzoso, un amante de los animales, se
percibió pronto del malestar del animal y enseguida comenzó a buscar al
veterinario, aunque su respuesta tardó varias horas en llegar y al parecer ya
era tarde. Lo trasladaron a la ClÃnica Veterinaria de Moncada, pero ya no se
pudo hacer nada por él, estaba reventado por dentro y falleció, quedando su
cuerpo para la investigación.
Capitán era una de esas centellas que a las dos de la
tarde de la segunda semana de septiembre, discurrÃa veloz a lo largo de la
calle de Colón de Segorbe, entre los astados y otros compañeros que participan
en la Entrada de Toros y Caballos.
Era joven, tenÃa 17 años y desde los siete venÃa
participando en el singular encierro, inicialmente llevando a lomos al jinete
Alfonso AlandÃ, y lo hacÃa tan fácil que posteriormente incitó a su dueño,
Fernando, a compartir tan frenética carrera por la céntrica calle segorbina.
TodavÃa queda en la retina una de sus últimas entradas,
cuando un toro quedó rezagado del resto de la manada y Fernando decidió
acompañar al astado con la consiguiente conformidad del equino que se portó
magistralmente en su carrera al lado del toro.
Para sus dueños y compañeros caballistas ha sido poco menos
que una desgracia. Ahora Fernando Zarzoso quiere responsabilidades y las va a
pedir, por el enorme retraso del veterinario y porque, al ser uno de los
caballos de la entrada, tiene el Ayuntamiento un seguro tanto para él como para
el resto de participantes en el encierro para todo el año.
Pero nada podrá hacer que Capitán vuelva a la calle de Colón, a
las dos de la tarde, de la segunda semana de septiembre, corriendo... como una centella.