Peñíscola celebró ayer el primer día dedicado a la Patrona de la ciudad. La jornada festiva dio comienzo por la mañana con los bailes, que centraron todas las miradas en la Plaza del Ayuntamiento, donde se encontraban la Reina, su Corte de Honor, las autoridades locales, vecinos y visitantes "con muchas ganas de reencontrarnos con nuestra tradición y volver a vivirla con el son de la melodía de nuestras "danses", ha sido realmente emocionante, el primer compás y el primer paso nos han devuelto esa conexión con nuestros antepasados que, desde hace más de cuatro siglos, honraban a la Virgen de la Ermitana como nosotros hemos podido hacer hoy", destacó el edil de festejos, Ramon Simó.
Durante la tarde, al finalizar el octavo día del novenario y la procesión por las calles del casco antiguo, la Plaza de Armas fue el escenario de las actuaciones de "dansants", llauradores", "cavallets" y de la danza-batalla de Moros y Cristianos, así como de la tradicional loa ofrecida por el grupo de "peregrines". Los componentes del Grup Cultural de Danses volvieron a emocionar a los allí presentes con la torre humana formada por siete jóvenes y sus emotivos versos, que - tras dos años de pandemia - han hecho hicieron vibrar como nunca de emoción a los asistentes.