Uno de los cuatro cisnes que
rodean la columna central de la fuente de la Plaza de la Cueva Santa de Segorbe
que se encontraba dañado por la rotura de su cabeza tras la embestida de una
vaca participante en el concurso de ganaderÃas del año 2022, se echó de menos hace
unos dÃas y todo parecÃa indicar que su falta se debÃa a su traslado a algún
taller para la reposición de la cabeza del ave, pero ayer se notó la falta de
un segundo cisne que levantó nuevas sospechas.
El teniente de alcalde del
Ayuntamiento de Segorbe, Vicente Hervás, ha venido a resolver la preocupación
de los vecinos, al confirmar que los dos cisnes se habÃan retirado para su
restauración que se estaba llevando a cabo en los talleres municipales. La segunda ave tenÃa un desperfecto en una de las alas.
Y no solamente eso ya que hoy
mismo se ha llevado a cabo su reposición después del trabajo de restauración al
recomponer la cabeza, realizada en hierro fundido. El trabajo finalmente se ha extendido al
resto de la fuente, se han levantado los otros dos cisnes que quedaban intactos
y se ha procedido a su limpieza y pintado, asà como también se ha repuesto uno
de los grifos que estaba averiado.
Aunque hubo otros antecedentes,
la fuente de la Plaza de la Cueva Santa, conocida popularmente como la Fuente
de los Patos, se inauguró en junio de 1862 en recuerdo al pintor segorbino José
Camarón cuyo busto pasó a formar parte de la propia fuente hasta que fue
destruido durante las guerras carlistas porque algún 'iluminado' identificó
al pintor con un general participante en la contienda.
También hay un antecedente
gráfico de los años cuarenta del pasado siglo, cuando un toro levantó y arrancó con el cuerno un cisne, curiosamente el mismo que ahora se ha reparado.
Con posterioridad la fuente se
sometió a numerosos reformas: colocación de farolas, iluminación eléctrica,
escudo de piedra sustituyendo a los metálicos, colocación y eliminación de
jardines, colocación de dos grifos para el consumo humano, mármoles en las bases
de los cisnes…
La Fuente de la Plaza de la
Cueva Santa, al igual que su coetánea de siglo, la de la plaza del Agua Limpia,
reflejan el notable desarrollo de la ciudad durante el último tercio del siglo
XIX y contribuye hoy, con su presencia a la monumentalidad de Segorbe.