'Amor es amar' fue el lema elegido para celebrar el II Orgullo de Viver, en la comarca del Alto Palancia (Castelló), hace apenas dos semanas. El acto, organizado por el colectivo Aguas de Viver en colaboración con el Ayuntamiento, tenía como objetivo visibilizar la diversidad y rendir homenaje a las víctimas de la represión LGTBIQ+ en el ámbito rural. La iniciativa tuvo una excelente acogida por parte del vecindario.
Sin embargo, el pasado miércoles 9 de julio, el banco municipal que había sido pintado con los colores del arco iris apareció con claros indicios de vandalismo con evidentes signos de abrasión de la superficie de dicho banco decorado con los colores de la diversidad. Un acto que, más allá del daño material, representa la intolerancia de quienes, en pleno siglo XXI, aún entienden que el amor y la diversidad son motivo de odio.
El banco, ubicado en una localidad de apenas mil quinientos habitantes, fue decorado como símbolo de respeto, convivencia y visibilidad en zonas alejadas de las grandes ciudades, donde el "sexilio" -la necesidad de muchas personas LGTBIQ+ de marcharse del entorno rural para vivir con libertad- continúa siendo una triste realidad. Y ello a pesar de contar con un importante desarrollo legislativo en materia de derechos y libertades en nuestro país.
Este ataque no es un hecho aislado, sino un reflejo de quienes solo aceptan la convivencia si esta pasa por la marginación, la exclusión y el estigma hacia quienes son diferentes, ya sea por religión, origen, nacionalidad, orientación sexual o identidad de género.
Desde Aguas de Viver, junto con los colectivos Soneja LGTBI y LGTBIQ+PALANCIA, condenamos con firmeza este acto de LGTBIfobia. Nos preocupa que, en lugar de avanzar hacia una sociedad más abierta y tolerante, estemos asistiendo a un retroceso que nos recuerda épocas que creíamos superadas. Nos enfrentamos a una minoría que, lejos de querer convivir, busca confrontar, excluir y destruir todo lo que representa diversidad y derechos humanos.
Desde las distintas entidades del interior de la provincia de Castelló queremos manifestar, una vez más, que no daremos ni un paso atrás. Lo ocurrido retrata a quienes no desean una sociedad inclusiva, donde imperen valores democráticos, de pluralidad y justicia social. Nosotros, nosotras y nosotres sí la queremos, y trabajaremos sin descanso para construirla.