El hotel se degrada por culpa de las trabas del Ayuntamiento de Valencia. EPDA
Cartel de prohibido el paso a un hotel fantasma. EPDA
A unos metros del Sidi Saler hay torres de apartamentos. EPDA Durante muchos años fue el hotel más selecto de toda Valencia. Y es que el Sidi Saler, con cinco estrellas y enclavado en pleno Parque Natural de l’Albufera frente al mar, fue el hotel que hospedó a la jet set europea que pasaba por la capital desde que se inaugurara en 1976. Su futuro corre peligro porque Compromís quiere demolerlo, perjudicando los intereses turísticos de la ciudad.
El emblemático edificio bajó sus persianas en 2011 como consecuencia de la crisis económica y su complicada situación urbanística lo ha dejado paralizado en el tiempo y a merced de la degradación.
El hotel es propiedad del Estado, después de que en el año 2007 quedara incluido dentro del dominio público marítimo terrestre (DPMT), como consecuencia de la ley de Costas por estar construido sobre un cordón dunar. Este hecho motivó su expropiación y cesión en concesión a la empresa que lo regentaba por treinta años, prorrogables a otros treinta.
Pese a la complicada maraña legal en la que se encuentra el inmueble turístico, la compañía ‘Haya Real State’, que gestiona este activo inmobiliario, lleva peleando desde 2019 para poder llevar a cabo una reforma del espacio y reactivar su actividad, para lo que necesita las licencias oportunas.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Valencia trabaja en otra dirección. Por ello ha dado los primeros pasos para apuntalar la parálisis del espacio, abocándolo a la demolición.
Precisamente, esta ha sido una de las principales reivindicaciones de Compromís, que no ceja en su empeño por blindar en su totalidad el Parque Natural de l’Albufera, obviando que estando ya construido no produce daño alguno al medio ambiente y que la Albufera tiene otras necesidades más urgentes, como mejorar su caudal hídrico y la calidad de sus aguas.
Para ello, la concejalía de Espacio Público, que dirige la responsable del grupo nacionalista, Lucía Beamud, ha iniciado el expediente de caducidad de la licencia del Sidi Saler aludiendo a la inactividad del hotel durante más de dos años, una resolución que activa la cuenta atrás para su desaparición.
Todo ello, pese que no existe otro gran hotel frente al mar, más allá de Las Arenas, en plena playa de la Malvarrosa, una parte de la fachada marítima de evidentes diferencias con el Saler.
Por lo que, si no se dan cambios de última hora, y pese a los esfuerzos de los propietarios, el hotel acabará siendo víctima de este bloqueo legal y político, y Valencia perderá el que fuera el mejor hotel de la capital. Un desastre para el turismo de calidad.
EDITORIAL EL PERIÓDICO DE AQUÍ: #SalvemElSidiSaler como símbolo del turismo del que Valencia no puede prescindir
Compromís se equivoca con su guerra contra el Hotel Sidi Saler. Un recinto en primera línea de playa del Saler, en pleno parque natural de la Albufera, que está cerrado por diversos problemas económicos y que el principal partido de gobierno municipal le ha puesto todas las trabas posibles para que no vuelva a funcionar. Su política turística es de una miopía y catetismo que debemos denunciar. Valencia no puede ser gestionada como un pueblecito o un poblacho, sino que debe ser una ciudad con aspiraciones a liderar en España y Europa en diversos sectores, también el turístico. Evidentemente, hay que proteger el parque natural. Claro. Está prohibido construir nada más en su territorio. Pero el acento hay que ponerlo en preservar lo que ya existe, porque adquiere un valor especial para la ciudad, que debe atraer un tipo de turismo de calidad, con alto poder adquisitivo, que valore el medio ambiente. En lugar de hacer demagogia y empobrecer la ciudad como potencia turística, hay que luchar por mejorar la calidad del agua de la Albufera. Esa es la mejor manera de trabajar por su futuro, no tirando a tierra un hotel en primera línea, un símbolo del turismo que Valencia no puede ni debe prescindir. #SalvemElSidiSaler
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