Josep Esteve Rico Sogorb. EPDA El mercado
eléctrico-energético es mayorista. Además de participar en sus
subastas unas 25 empresas comercializadoras privadas españolas que
controlan este ‘tinglado’ y que nos cobran el temido recibo de la
luz, también participan en tales subastas varias empresas
extranjeras de distintos países con diversos porcentajes (entre el
10 % y el 20 %) y cuyos beneficios no se quedan en España sino que
se van fuera. Si a todo esto le sumamos otros factores determinantes
como:
1) Los elevados
sueldos de ex dirigentes políticos como miembros de los consejos de
administración de las empresas eléctrico-energéticas (“puertas
giratorias”) que participan en ellas muy poco, acuden a las
reuniones escasas ocasiones al año pero bien que cobran unos sueldos
millonarios por unos cargos que no requieren de excesiva dedicación
o esfuerzo.
2) El hecho de que
las compañías quieran amortizar y recuperar los costes judiciales
de los procesos por presuntas irregularidades y corrupción en que se
han visto implicados sus directivos y que por suerte para ellos y
estupor e indignación para los ciudadanos, se han librado de entrar
en la cárcel.
3) El vaciado de
los embalses y pantanos con sus graves consecuencias
climatológico-ambientales-ecológicas y económicas como sequía,
falta de riego, peligro de supervivencia para los cultivos, calor
extremo, precios abusivos en el recibo de la luz, etcétera.
4) El cruce de
acusaciones por el elevado precio del megavatio/hora entre Gobierno,
asociaciones de consumidores, Unión Europea y las propias empresas
eléctricas; lo que nos causa desazón y desamparo a los ciudadanos
que no sabemos a quien creer. Mientras, el megavatio/hora sigue por
encima de los cien euros.
5) La subida del
IPC de muchos artículos, algunos de primera necesidad. Subida de
precios que los productores y establecimientos comerciales intentan
justificar argumentando “es que la luz es más cara”, lo que
eleva la cuantía de la cesta de la compra y empeora la maltrecha
economía de muchas familias.
6) Los tramos de
horario diarios con distintos precios de megavatio/hora (baratos,
caros e intermedios). Idea que surgió del Gobierno según algunas
voces y de las propias empresas eléctricas según otras. Dirimir la
autoría de esta idea no es lo más importante. Al consumidor le
afectan negativamente tales tramos horarios. Muchas familias usan de
madrugada o el fin de semana los aparatos que más gastan como la
lavadora, causando molestia al vecindario, quitando horas al descanso
y pasando sábado y domingo lavando. Los autónomos de talleres o
pequeños fabricantes se sienten ahogados ante el importe abusivo del
recibo de la luz. La distribución del consumo
eléctrico por tramos horarios es ilógica y carece de sentido común.
Algunos tramos tienen horas insensatas y sus precios son
caros. Los tramos más baratos no son los de mayor consumo. O se
elimina el sistema de tramos horarios aplicando tarifa plana y se
fija un equilibrado precio del megavatio/hora, o se cambian los
tramos ampliando sus coberturas. Incluso podrían añadirse otros
tramos que abarquen todas las variadas casuísticas de los abonados.
Debería incentivarse el consumo bajando el precio de los dos tramos
horarios de 8 h a 10 h y de 10 h a 14 h (unificándolo en uno solo),
pues son las horas de mayor actividad diaria ya que se conectan a la
red fábricas, industrias, oficinas, talleres y la mayoría de
hogares. Fines de semana y madrugadas el precio del megavatio debería
ser más caro por menor actividad. Tiene su lógica.
7.-) Las injustas y
abusivas causas del “histórico” incremento del precio del
megavatio/hora empeoran la imagen que tenemos de las empresas
comercializadoras, de la subida de la luz y del propio mercado
mayorista eléctrico: A) El incremento de los precios de los derechos
sobre CO2 y gas. B) El aumento de la demanda de energía por las
altas temperaturas en julio y agosto. C) Las propias elevadas e
históricas temperaturas causadas por el cambio climático. D) La
responsabilidad o ‘culpabilidad’ de la energía hidráulica o
hidroeléctrica (según la OCU) del alto precio de la luz en agosto.
E) La falta de lluvias suficientes junto a la capacidad media de los
embalses y pantanos que va en descenso. F) El vaciado de los caudales
de embalses y pantanos por las empresas energéticas propietarias y
sus nefastas consecuencias económico-medioambientales-agrarias. G)
El extraordinario aumento del precio del Gas Natural hasta 5 veces
superior al de hace 1 año que ha provocado según AELEC (asociación
de empresas eléctricas) que los precios del mercado mayorista de
electricidad se sitúen en máximos históricos. H) Que poner la
lavadora ahora en horas punta cueste el doble que hace un año,
siendo injusto y abusivo. I) Que FACUA haya reclamado a la CNMC
(Comisión Nacional de Mercados y Competencias) que diga y aclare qué
empresas energéticas han ‘inflado’ el recibo aprovechándose
durante la adaptación de las facturas a los nuevos tramos horarios.
J) Que FACUA solicite la creación de una comisión parlamentaria de
investigación en el Congreso de los Diputados para esclarecer las
causas de las injustas y exageradas subidas históricas del precio de
la luz. K) Que FACUA exija que se apliquen medidas contra aquellas
empresas que perjudicaron a sus abonados con malas praxis y falta de
transparencia como posibles delitos ya que según la CNMC algunas de
ellas cobraron hasta un 30 % de más a sus clientes. L) Que la
propia CNMC inste a las comercializadoras a compensar mediante
devoluciones, indemnizaciones o bonificaciones a clientes
perjudicados y que en caso contrario se iniciarán acciones legales
contra ellas. LL) Las subidas de tarifas sin previo aviso al abonado,
los cambios de contrato a clientes fallecidos, la combinación de
compañías a un consumidor sin su autorización, la formalización
de contratos de electricidad y gas sin permiso del abonado, cambios
‘opacos’ de tarifas de luz y gas, el cambio de suministro a un
cliente sin informarle previamente de que con ello ya no podría
acogerse al bono social, el hecho de comercializar puerta a puerta a
pesar de estar prohibido desde 2018; etcétera. Hay más injusticias,
pero estas son las más importantes.
Por
todo esto, a uno de le queda cara de circunstancia y se pregunta
¿Para qué queremos un mercado eléctrico mayorista? ¿Para que se
enriquezcan unos pocos y nos empobrezcamos la mayoría? ¿Para que
sigan ganando y haciéndose más ricos cada día, los mismos, los de
siempre, las poderosas élites privilegiadas que “mueven los hilos”
de la luz, de nuestra luz, a base de subastar en pujanza a carísimo
precio el sufrido y vital megavatio/hora?
¿Para
qué queremos un mercado eléctrico mayorista que nos oprime, nos
estruja el bolsillo, nos empobrece energéticamente, nos engaña,
abusa de nosotros, con una parte importante de sus beneficios que se
van fuera?
Saquen
ustedes conclusiones. Lo mejor sería nacionalizar la luz y el gas.
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