Uno de los objetivos de cualquier empresario o directivo es la mejora de la productividad. Y a menudo, la consecución de este objetivo se focaliza en acciones como la robotización de procesos manuales o la informatización de tareas y procedimientos.
La gran olvidada parece ser la formación de los trabajadores, a pesar de que nadie puede negar que una mayor capacitación laboral de los empleados es, sin duda alguna, un factor capital para la competitividad de las empresas.
Paradójicamente, aumentar la cualificación laboral de los empleados es una acción que puede salirle gratis a cualquier firma, mediante la impartición de cursos bonificados, un recurso que muchos empleadores ni siquiera conocen.
Cursos bonificados y formación programada
Los cursos bonificados para trabajadores son solo una de las múltiples acciones formativas previstas en los planes de formación programada desarrollados por la Administración del Estado. Pero resulta que la formación programada sigue siendo un instrumento desconocido para la mayoría de las pymes, así que vamos a explicar brevemente en qué consiste:
La formación programada es un mecanismo normativo que permite que la mayoría de las empresas puedan desarrollar talleres, seminarios, cursos de formación o acciones similares destinadas a sus trabajadores. La gran ventaja de la formación programada es que su coste se deduce de las cotizaciones empresariales, por lo que el trabajador no paga por esa formación, y el empleador tampoco.
Lo más habitual es que, cuando una empresa se decide a desarrollar acciones formativas de formación programada, se decante principalmente por la impartición de cursos bonificados. A continuación veremos por qué.
Centros especializados en acción programada
Lo más sensato para cualquier firma es ponerse en manos de un centro especializado en la impartición de formación programada. Estos centros poseen la experiencia necesaria para guiar a las empresas en el periplo administrativo necesario para que, finalmente, las acciones de formación programada lleguen a buen curso. Y para que el coste de estas acciones sea nulo.
Además, estos centros formativos disponen de miles de cursos ya prediseñados, enfocados a cubrir las más variopintas áreas de conocimiento. No importa si tu empresa fabrica micropiezas de alta precisión, realiza trabajos de fontanería, o si presta servicios externalizados de consultoría especializada. Encontrarás no uno, sino decenas de cursos bonificados relacionados con tu actividad empresarial y tu área de conocimiento.
Modalidades de los cursos bonificados
Los cursos bonificados pueden realizarse de forma presencial o telemática:
Cursos presenciales: en tendencia descendente, ya que implican que los trabajadores deben desplazarse hasta el emplazamiento en el que se imparten, con la consiguiente pérdida de tiempo y falta de flexibilidad horaria. No obstante, existen algunas acciones formativas de carácter eminentemente práctico que pueden exigir esa presencia física.
Cursos online: es la opción preferente en la actualidad. El trabajador puede recibir clases 100% interactivas desde su casa o puesto de trabajo, decidiendo el horario y la duración de las sesiones. La dotación tecnológica de las empresas de formación asegura que la calidad de los cursos telemáticos es igual, o incluso superior, a la de los cursos presenciales.
Así que no tengas ninguna duda: los cursos bonificados son una excelente opción para mejorar, de forma gratuita, las habilidades operativas y las aptitudes de los trabajadores de tu empresa. Ellos te lo agradecerán, y tus clientes más todavía.
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