José Manuel Pla. EPDA Muy Señor mío :
En esta vida hay
ratas y ratas. Hay lindas ratitas como Pixie y Dixie - para el gato Jinks - que
son protagonistas de series exitosas de dibujos animados para niños, ratitas
presumidas, como la del famoso cuento infantil, así como multitud de cuentos
que tienen a estos animalitos como protagonistas, para que, a través de ellos,
extraer moralejas e inculcar a los niños un amplio abanico de valores positivos
para su desarrollo educacional, a la vez que les crea ilusión y alegría.
Quién, de niño, no
se acostó ilusionado, poniendo el diente de leche que acababa de perder, debajo
de la almohada, para que el ratoncito Pérez les dejara una moneda o un
regalito.
Por otro lado, hay
muchos que hemos comido rata de la marjal (usted que es de Sueca, seguramente
lo habrá hecho). En muchos mercados, tiempo atrás, se vendía esta carne como
producto gourmet. Hasta el mismísimo Francisco de Goya, en su visita y corta
estancia a una barraca de El Palmar, en 1790, la degustó: "A la Pepa y a
mí, nos dan un guiso de rata con arroz y un plato de anguilas, que te mataría
de gusto", le decía a su amigo Zapater en una de sus epístolas.
Pues bien, Sr
Baldoví, en su rueda de prensa del otro día en el Congreso, se cargó todo esto
de un plumazo - mejor dicho, de un vómito - a la vez que denostaba, comparando
el tema con el nazismo, a la mejor falla de Valencia y, con ello, a una fiesta
que es considerada por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, en
donde el fuego, la música, la pólvora, las sátira y el humor forman los ejes
principales sobre los que giran las fallas. Sus palabras, llenas de rabia y
odio hacia dicha falla, no son otra cosa sino el fruto de una mente ignota,
sucia y retorcida, capaz de sobreponer los intereses de los políticos
independentistas catalanes, sobre nuestra universal fiesta de las fallas,
primando su ideología afín "als Països Catalans", desideratum -
Águeda Micó, dixit - que defiende el Partido/coalición al que usted pertenece,
en su ideario, que, por otra parte, también se posiciona en contra de la necesaria
y legal ampliación del Puerto de Valencia para así, favorecer los intereses del
Puerto de Barcelona.
Tampoco diré nada -
en este artículo; en otros sí - del riego a manta de subvenciones a
"chiringuitos pancatalanistas" que tan bien le parece a usted y que,
para la gran mayoría de valencianos, nos parece muy mal.
En fin, esto son
varios ejemplos de las múltiples acepciones que tiene el término rata. Usted ha
elegido la peor para endiñársela a la falla
ganadora del primer premio de este atípico año; la misma acepción que le
otorgó, otrora, el nefasto nazismo alemán a los judíos, cual ratas
"arbelloneras", transmisoras de enfermedades y dignas de que se les
aplique raticida.
A veces, tan solo
es cuestión de saber elegir bien las palabras.
Por cierto, y para
acabar, dicen que las ratas - sabias ellas - son las primeras en abandonar un
barco que se hunde, lo cual también se aplica como acepción a las personas
cobardes.
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