El festival repartirá 7.800 euros en premios El Festival Internacional de Curtmetratges de Vila-real
Cineculpable emprende su particular vuelta al mundo y echa a rodar con 434
obras de 42 países pugnando por hacerse un hueco en el palmarés de este 23º
aniversario, que se celebrará del 23 al 26 de noviembre de 2020 y que ilustra
la autora castellonense Balma Peris, graduada en Bellas Artes y en Diseño 3D y
Animación. La carta de presentación del certamen no escapa a las alusiones a la
pandemia: "Me he inspirado en el catastrófico 2020, un año en el que se
han visto muy afectados sectores como el de la cultura y, por inclusión, el del
cine. He puesto la mirada en esas salas que se quedaron vacías y que poco a
poco se van volviendo a llenar de espectadores", explica la ilustradora.
Y es que la cita internacional consolida su trayectoria y se
erige como uno de los pocos festivales cinematográficos que mantienen -con los
ajustes de aforos y programación que requiere el actual contexto sociosanitario-
sus proyecciones presenciales.
En un alegato a la cultura segura, el Auditori abrirá sus
puertas para acoger, del 23 al 26 de este mes, los pases de los cortometrajes
de la Sección Provincial y la Sección Oficial, con un aforo máximo de 282
asistentes. Las proyecciones se adelantarán una hora y se extenderán de 21.00 a
22.30 horas para no interferir en las restricciones horarias ligadas al estado
de alarma. Así lo ha destacado Anna Vicens, concejala de Juventud del
Ayuntamiento de Vila-real, con motivo de la presentación del festival.
Vicens ha recordado que desde el Ayuntamiento se ha lanzado
una campaña de apoyo a la restauración local instando a la ciudadanía a que
adelante sus cenas a las 20.00 horas, un gesto "al que podrán sumarse
todos y todas las espectadoras de Cineculpable, disfrutando de un picoteo en
los bares y locales de nuestra ciudad previo a los pases en el Auditori".
Para la responsable de Juventud, "Cineculpable es uno de
los emblemas de nuestra marca Ciudad de Congresos, Festivales y Eventos y una
cita ineludible en el calendario desde hace 23 años. A pesar de la pandemia,
hemos hecho un esfuerzo muy importante para mantenerlo y, con todas las
garantías y medidas de seguridad, adaptarlo a las circunstancias actuales para
hacer de Vila-real el epicentro de la cultura y la creación audiovisual.
Apostamos por la cultura y por dinamizar la ciudad con actividades seguras que
eviten la parálisis".
Por su parte, la coordinadora del festival, Sonia de la Vega,
ha destacado la elevada participación registrada en esta edición, en la que en
un margen de apenas diez días se han recibido 434 cortos a concurso frente a
los 345 inscritos el año pasado. "Estamos muy satisfechos; este año por la
Covid-19 ha habido menos producción internacional y aún así el volumen de obras
enviadas ha sido muy elevado; tenemos mucha diversidad, tanto en temáticas,
entre las que se cuelan inevitablemente las historias sobre el impacto de los
confinamientos por la actual pandemia, como en procedencias", ha dicho. Y
es que los cortometrajes que han aterrizado en Vila-real para someterse a la
criba del jurado y colarse en sus secciones oficiales –incluidos los 10 que
optan al premio Manuel Villarreal al mejor cortometraje provincial- llegan
desde 42 países, como Portugal, Albania, Croacia, Francia, Estonia, Corea,
Bulgaria, Taiwán, Turquía, Italia, Alemania, Brasil, Chile, India, Suiza, Perú,
Irán, Chipre, Malasia, Bélgica, Estados Unidos o Argentina.
De la Vega también ha avanzado que este año se apea del
programa 'culpable' el Cinexpress, la actividad que cada año realiza el
festival para inculcar el amor por el cine al público adolescente, debido a las
medidas de seguridad en los centros educativos. El festival repartirá en esta
edición 7.800 euros en premios distribuidos en siete categorías.
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