Salva Montesinos Pasear por la maravillosa playa, mirar hacia el puerto marítimo y comprobar la situación en que se encuentra un símbolo tan emblemático como es el Pantalán, me produce tristeza. Llegar a esta situación por la desidia y falta de interés por parte de los organismos competentes y la parte política que corresponda no tiene justificación.
Puede haber distintas opiniones, distintas posiciones nacionalistas que ponen excusas tales como que “no tiene mil años”, que “no tiene ni siquiera quinientos”, pero a este ritmo no llegará nada de nuestro patrimonio a veinte. El patrimonio, sea cual sea, se debe mantener, preservar y restaurar puesto que de ello depende nuestra historia como ciudad y como civilización de nuestro pueblo.
El paso del tiempo es nuestro enemigo número uno para la destrucción de Patrimonio Histórico, pero el tiempo pasa y no podemos frenarlo. El enemigo número dos somos las personas que debemos preservar el patrimonio y no lo hacemos y menos aún nos interesamos.
En el pleno del jueves se ha presentado una Declaración Institucional en defensa del Pantalán. Es un grito de todos los partidos hacia los organismos competentes para que nos escuchen. Pero creo que nos están tomando el pelo y no es suficiente. Siempre es instar, instar, instar… y se queda en un instar. No nos oyen.
Han pasado muchísimos años y no se ha recuperado ni mantenido este bien. Hemos propuesto a la comisión de urbanismo que se actúe con más contundencia, que todos los Grupos Políticos del Ayuntamiento de Sagunto deberíamos personarnos delante de la puerta del Presidente de la Autoridad Portuaria y exigirle públicamente una respuesta que dé solución a la situación actual.
No descartamos hacer una denuncia por parte de Ciudadanos a esta situación. Estamos barajando que la próxima semana nos visiten Diputados Nacionales y Autonómicos para ver “in situ” el mal estado del Pantalán y su dejadez y de este modo estudiar y evaluar las posibles acciones que se puedan tomar dentro de sus competencias.
No queremos que siga cayendo a pedazos nuestro patrimonio, nuestros bienes históricos, nuestro sello y nuestra forma de vida. No tenemos patrimonio bueno y patrimonio malo. Todo es nuestro patrimonio y como tal tenemos que conservarlo. Mirar al oeste y ver el castillo… mirar al este y ver la industria… mirar al horizonte y tener un balcón con vistas al Pantalán.
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