Trini Montañana Meliana ha despertado mostrando su total rechazo al sistema de recogida de basura ‘porta a porta’. Más de 3.000 personas han firmado ya en contra de esta medida dictatorial que esclaviza a los vecinos a clasificar los residuos en sus casas y a bajarlos a los cubos correspondientes en franjas horarias. Desde el Partido Popular nos oponemos a esta dictadura del reciclaje.
Resulta difícil de entender por qué en una población de más de 10.000 habitantes nuestro señor alcalde ha decidido por todos nosotros y nos ha impuesto como castigo este sistema. Hay que recordar que cada cubo puede ser revisado y en caso de incumplimiento se podrá sancionar automáticamente al vecino. Desde el PP proponemos otros sistemas como el de los contendedores inteligentes, que compensan económicamente a cada usuario, diciendo sí al reciclaje, pero no al ‘porta a porta’.
Meliana quiere vivir en libertad, no quiere imposiciones y menos, ideología barata. Hay que recordar que nos debemos al pueblo y las Directivas Europeas dan margen de elección a los consistorios. Así pues, se pueden implementar distintos sistemas teniendo en cuenta aspectos económicos y/o sociales, para que la aceptación sea tan real que llegue por convicción y no por imposición.
Reciclar es un hábito y no una moda. En la reunión informativa en la que participamos como grupo en la oposición, el alcalde llegó a afirmar que llevamos 10 años sin reciclar bien. ¿Qué ha hecho este equipo de gobierno en estos 8 años para fomentar el reciclaje? ¿Han impulsado campañas de concienciación? ¿Han puesto más contenedores de reciclaje? ¿Han arreglado las islas de contenedores subterráneos? Son preguntas de fácil respuesta: no han hecho nada más que subir la tasa de basura al doble. Ahora nos imponen un sistema de reciclaje que nos quita libertad en nuestra vida, en nuestra intimidad, horarios y hábitos alimentarios.
Yo me pregunto si el alcalde habrá pensado en los mayores y las personas dependientes que no están en condiciones de bajar la basura según el horario marcado y el tipo de basura para ese día. Desde el PP no solo hemos pensado en ellos, también les hemos consultado. La respuesta es clara; se encuentran indefensos y así nos lo han trasladado: “Que vaig a fer en la basura, sino tinc a ningú que me baixe el pual i me’l torne a pujar”.
Meliana no está en contra de reciclar, sino en contra de las decisiones tomadas sin consulta y poco adecuadas para nuestro pueblo. Al final, con tanta imposición será frecuente ver cómo los vecinos acudirán al pueblo del lado o al pueblo del trabajo a tirar la basura para esquivar el ‘porta a porta’ y practicar así el turismo de basura.
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