Chelo Poveda El municipalismo es el arte de cuidar lo cercano. En ese cuidar lo cercano hay algunos aspectos que desde luego son centrales para la vida y otros que son fundamentales para la gestión de la ciudad. Como ejemplo un botón de nuestro compañero Jesús Santos, teniente de alcalde y concejal de servicios de Alcorcón, y que nos ilustra sobre la importancia de lo público. Durante el temporal que trajo Filomena y la nevada que colapsó Madrid, la empresa pública de servicios que él mismo preside y de la que fue trabajador se puso manos a la obra con previsión y acción pública y evitó que su municipio viera sus calles llenas de nieve e intransitables durante días. Las calles de Alcorcón recuperaron la vida rápidamente gracias a las y los compañeros de la empresa que, antes privatizada, ahora Jesús dirige desde lo público. Al otro lado, el PP de Ayuso y Almeida pidiendo voluntarios con palas ante el colapso de la capital por su ineptitud y su desprecio por los servicios públicos que han deteriorado, privatizado y destruido. Al otro lado, la vergonzosa foto de Pablo Casado con la pala en la mano para liberar la puerta de un centro médico que ni siquiera hizo bien. Es lo más cerca que ha estado de trabajar este muchacho, algo es algo.
Lo público, como siempre, dio la cara. Aquí, en la Comunidad Valenciana, también tenemos un buen ejemplo de servicio público. El hospital de Alzira, desde hace muchos años privatizado por el PP en manos de Ribera Salud, ha sido devuelto a lo público gracias al esfuerzo de la izquierda. El PP le regaló está concesión a Ribera Salud y a cambio no le exigía prácticamente nada. Ocultismo, contratos de publicidad, descontrol de cuentas y lo que es más preocupante, desprotección y desatención del paciente. Ven en el cuidado y la salud un negocio cuando es vital su consideración política de servicio de primer orden, universal y gratuito. Ahora, pese a los recursos judiciales, las presiones y el acoso, el hospital será público porque el Tribunal Supremo nos ha dado la razón: es posible la reversión de lo privado a lo público. Ahora, pese a un último intento del PSPV de crear una empresa pública de salud que como socios de gobierno hemos detenido, la salud no es mercancía. Curioso que una quieran poner en marcha empresas públicas de salud y no de energía.... Nuestra presencia es útil para evitar los desmanes del PP, los resbalones del PSPV, y sobretodo, para conseguir devolver la calidad a lo público.
En la ciudad, en lo municipalista, la importancia de lo público se reproduce con igual intensidad. En la ciudad de Valencia, y pese a las promesas de Compromís, el servicio de grúa sigue estando privatizado y por si fuera poco, pagamos más por su concesión a la empresa privada que lo que la misma nos devuelve en concepto de las multas. Otra promesa, municipalizar la ORA: aparcamos, pagamos, y una parte de ese precio se lo embolsa una empresa privada. Pero los aspectos más importantes de la municipalización, del cuidar lo cercano, son otros. En primer lugar la falta de escoletes y guarderías públicas, algo fundamental para la conciliación. En segundo lugar, la todavía semiprivatización del servicio de abastecimiento del agua y por último, la promesa caída en desgracia de poner en marcha una empresa pública en la ciudad de Valencia de distribución de energía, cosa que Ada Colau ya puso en marcha en Barcelona y que serviría para abastecer a las propias instalaciones públicas y dar servicio a los hogares más vulnerables. Medidas cómo está ponen a Barcelona al frente de la red C40 de ciudades que hacen frente al cambio climático.
El último logro en este aspecto a nivel autónomico ha sido la reversión del hospital de Torrevieja, se ha peleado duro con la socialista Conselleria de Sanidad socialista que defendía la empresa pública de salud y a partir del 15 de octubre comenzará la reversión a la gestión pública del hospital, hasta ahora en manos de Ribera Salud.
Es posible recuperar lo público para todas, es posible afrontar los retos que tenemos delante. Lo hemos visto en Alcorcón, Barcelona, Santiago y en nuestra propia comunidad. Son posibles unos servicios públicos de calidad que den respuestas a las verdaderas necesidades y para ello es imprescindible el municipalismo que Podem propone y que otras compañeras y compañeros ya están implantando.
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