Calera de MontánEl Ayuntamiento de
Montán continúa trabajando intensamente para recuperar lo mejor de su
patrimonio y ponerlo a disposición tanto de las personas que viven en el pueblo
como de sus visitantes. Con ese objetivo ha iniciado las tareas para la
recuperación de la calera de la Tejeria.
Las labores se han
centrado en la limpieza del terreno y descubriendo la base de la estructura
original, para después recuperar la infraestructura tal como era originalmente.
Se trata de un patrimonio que es de la misma época que el Convento de los
Padres Servitas, y que sirvió en su momento para su construcción, en los siglos
XVII y XVIII.
Estos trabajos han
sido llevados a cabo por el Ayuntamiento de Montán en colaboración con la
Conselleria de Cultura de la Generalidad Valenciana. Para ello se ha contratado
a una empresa de la comarca, con el objetivo de dinamizar la economía local.
Sergio Fornas, alcalde
de Montán, ha señalado que "llevamos tiempo trabajando para recuperar,
poner en valor, difundir y promocionar todo el legado histórico y patrimonial
que tenemos en el pueblo, y la calera de la Tejería es un ejemplo de
ello.
La elaboración de cal,
o hacer una calera, era un trabajo duro que requería mucha dedicación.
Primeramente, se hacía un agujero circular en la tierra, a golpe de pico,
aprovechando la pendiente de un ribazo. A continuación, se construía una
pequeña pared a modo de repisa sobre la que se iban colocando las piedras
calizas que previamente se habían acarreado hasta allí con las caballerías.
Poco a poco, piedra a piedra, hilera a hilera, se levantaban las paredes
formando una falsa bóveda interior cuya seguridad no estaba garantizada hasta
el cierre total de la misma.
A partir de ese
momento se iban colocando encima el resto de las piedras hasta obtener una
cúpula con la altura deseada y respetando un hueco a modo de boca o puerta para
los trabajos de carga y vaciado. Una vez preparada, era el momento de
encenderla. La base de la estructura, bajo la repisa sobre la que empezaba la
colocación de las piedras, se denominaba cenicero, por ser la zona en la que se
prendía fuego y se acumulaban las brasas y las cenizas generadas en el proceso.
El calero, a través de
la boca del horno, cargaba el interior con manojos de ollagas, preferentemente,
o de bojes y se le prendía fuego a primera hora de la mañana con el fin de
disponer de todo el día para controlar el fuego y llevar la cocción de la
piedra a su punto ideal.
La acción continuada
del fuego conseguía que las piedras calizas desprendiesen toda su humedad, a la
vez que el anhídrido carbónico que despedían se convertía en óxido de cal, que
es lo que llamamos "cal viva". Para ello se requería que el calero
estuviera alimentando el fuego de la calera durante tres días, con sus
respectivas noches, de forma ininterrumpida.
Cuando las piedras se
ponían al rojo vivo, e incluso las llamas del fuego asomaban por el exterior de
la cúpula, significaba que el horno había alcanzado ya la temperatura de 900 ó
1000 grados, siendo los ideales para la cocción.
El color blanco
posterior de las piedras indicaba que el proceso de calcinación había
culminado. Llegado ese momento se cerraba la boca del horno con losas de piedra
o tajas de tierra, así como cualquier respiradero, y se dejaba enfriar
lentamente durante dos o tres días.
Finalizaba el proceso
de elaboración de cal retirando todas y cada una de las piedras de la
estructura, que muchas veces se venía abajo durante este periodo de
enfriamiento. Al introducir las piedras calcinadas en agua el contacto entre
ambos elementos hace que la piedra caliza se desintegre formando una pasta o
'cal apagada'.
El precedente del
poblado íbero de la Edad del Hierro
Ya existen precedentes
de recuperación patrimonial por parte del Ayuntamiento de Montán.
Se trata de las excavaciones que están desarrollando en el Monte Calvario para
sacar a la luz el poblado de la Edad del Hierro, de la mano de la Diputación de
Castellón. Se trata de un importante yacimiento arqueológico en el que se ha
conseguido encontrar la muralla y la puerta que daba acceso al poblado.
El yacimiento es un
poblado de calle central fechado a mediados del siglo VII antes de Cristo y en
esta campaña el trabajo ha consistido en terminar de excavar la calle principal
en el punto en el que se encontraba con la muralla con el objetivo de documentar
el tipo de puerta que tendría el sistema defensivo del Monte Calvario.
Sergio Fornás, alcalde
de Montán, ha destacado que "son muchos años los que llevamos trabajando
para poner en valor este importante legado histórico tanto para el pueblo como
para todo el entorno del Mijares. Una vez terminados estos trabajos se
complementarán con parte del yacimiento que es visitable y, de hecho, ya se ha
convertido en un reclamo para atraer visitantes al pueblo a través de una ruta
señalizada para que se pueda acceder de forma segura y se han instalado paneles
informativos para hacer más didáctica e interesante esta actividad".
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