Reparto de cocas/EDPA Sant Jordi ha culminado este fin de semana el calendario festivo dedicado a San Antonio con varios actos en honor al patrón de los animales. De esta forma, el Ayuntamiento ha recuperado este año finalmente unas fiestas que tuvieron que suspenderse el año pasado y que en 2022 se ha visto afectado por la incidencia de la última ola del coronavirus.
Iván Sánchez Cifre, alcalde de Sant Jordi ha destacado que "los vecinos han podido disfrutar de una de las fiestas más arraigadas en el pueblo de forma responsable. Tengo que agradecerles tanto la paciencia a la hora de comprender los cambios de agenda, como la colaboración de las asociaciones que han participado en la organización de los actos, así como la actitud tan respetuosa de todos los vecinos para cumplir con las medidas de seguridad sanitaria".
La jornada se inició este sábado con un almuerzo popular en el polideportivo y, a continuación, arrancó el desfile de caballerías que sirvió para subir dos algarrobos hasta la plaza Mayor; uno grande y otro pequeño para los niños y niñas.
A mediodía, en el templo de San Jaime se celebró una misa en honor a San Antonio y, al finalizar el oficio religioso, se procedió a la tradicional bendición de animales y al reparto, por parte de las componentes de la Asociación de Mestresses La Llar, de las típicas cocas y moscatel.
Los actos matinales terminaron con el montaje de la hoguera, donde, al caer la tarde, se quemó al demonio.
Previamente, tuvo lugar el desfile de demonios acompañados por el carro de las loas y el grupo de Bombos y Tambores de Sant Jordi. Al llegar a la plaza, los alumnos y alumnas del CEIP Luis Tena ejercieron de loeros y conquistaron al público congregado en el ágora con sus ocurrentes creaciones en verso.
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