Imagen de una administración de loterías. EFE/Archivo El Juzgado de Primera Instancia nº 3 de Castellón ha estimado la demanda
interpuesta por Paco Guerrero -el hombre que invirtió 6,5 millones de
euros que ganó en la Bonoloto en el Santander y perdió todo- y ha
condenado a la entidad bancaria a pagarle cerca de 163.000 euros (46.675
a él y el resto a dos de sus hijas) en concepto de daños y perjuicios.
La
sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, declara el incumplimiento por
parte del Banco Santander de sus obligaciones "con el contrato de
asesoramiento financiero que mantenía con los demandantes, incurriendo
en responsabilidad contractual por la adquisición de los valores de
Santander objeto de las presentes actuaciones" por "por falta de
transparencia e información suficiente suministrada a los adquirentes".
Así,
se condena al pago de 46.675 euros a Guerrero y la misma cantidad a una
de sus hijas, y 69.591 euros para otra de sus hijas, ya que Guerrero
ingresó en el Banco Santander parte de lo ganado en la lotería a su
nombre y otra a nombre de cada uno de sus cuatro hijos.
La parte
demandante pedía en este caso -el tercero de los juicios que enfrenta a
Guerrero y su familia contra el Banco Santander- una acción de
"responsabilidad contractual por incumplimiento del contrato de
asesoramiento financiero e indemnización de daños y perjuicios derivados
de dicho incumplimiento contractual".
La sentencia considera que
el producto que contrató son un tipo de valores "complejos y atípicos"
que motivaron incluso un expediente del Consejo Nacional del Mercado de
Valores que multó al Santander con dos multas de 10 y de 6’9 millones de
euros, confirmadas posteriormente por el Ministerio de Economía, por
comercializar este tipo de producto.
Al no dar información del
reisgo real de la inversión, el banco incurrió en "un incumplimiento
contractual, plasmado en la inobservancia de obligaciones esenciales que
le imponía el tipo de contrato a celebrar, como facilitar información
comprensible y asequible al cliente, lo que no consta que hubiera hecho,
teniendo la carga de la prueba al respecto".
El periplo judicial
de Guerrero se inició hace 14 años, y ha ganado ya dos juicios a la
entidad bancaria, pese a lo cual sigue en una situación económica
precaria y con serios problemas de salud, ya que parte de lo invertido
generó otras deudas y se vio obligado a hipotecar su casa, en la cual
vive ahora de ocupa, al no poder hacer frente a las cuotas.
En
2007, Francisco Guerrero, sin estudios y "totalmente ignorante en
cuestiones financieras", invirtió 6,5 millones de euros en el Banco
Santander en lo que creyó que eran depósitos a plazo fijo sin riesgo
pero en lugar de eso contrató productos tóxicos de alto riesgo y no fue
hasta 2009 cuando supo que había perdido todo, ya que Guerrero, albañil
de profesión, siguió trabajando sin "tocar un euro" de lo ganado, y a
raíz de una dolencia en la rodilla fue a extraer 30.000 euros al banco y
le dijeron que no tenía nada.
El banco, manifestó Guerrero a
EFE, "ha destruido mi vida" y ha indicado que se siente víctima de un
"robo y un engaño" y ya no tiene "ánimo para luchar", aunque su entorno y
su psiquiatra le han animado para que "aguante" hasta la próxima cita
judicial, del 5 de marzo, en la que reclama más de 2 millones de euros
por otra parte de las inversiones realizadas y que también perdió.
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