Fernando Giner. EPDA La ciudad de Valencia debería estar conmemorando los 500 años de las Germanias, la revuelta social más importante de la historia del Reino de Valencia, que tuvo su inicio en la capital. Un hecho que, inexplicablemente, está pasando desapercibido, a pesar de que desde el equipo de gobierno de Ribó estaba prevista su celebración con una exposición de la Facultad de Historia de la Universidad de Valencia en el Salón de Cristal del consistorio.
Si bien en ciudades como Alaquas o Gandia sí se ha llevado adelante esta iniciativa, en Valencia, desde alcaldía, alegaron motivos de seguridad para su aplazamiento. En nuestra opinión podía haberse realizado en la misma plaza del ayuntamiento, al aire libre y con todas las garantías sanitarias.
Este ejemplo, que puede resultar incluso anécdotico, desvela la realidad de cómo el alcalde, Joan Ribó, ve la historia de nuestra ciudad. Sólo contempla dos periodos: de 1936 a 1939, o bien, a partir del 2015. Todo lo demás es completamente obviado, descuidado y olvidado por la visión ideológica del alcalde.
Le recordamos al señor Ribó que la historia de Valencia no se escribe desde que tomó posesión de su cargo de alcalde en 2015, ni tampoco desde la contienda civil, sino que existe desde 1238, cuando el Rey Jaume I tomó la ciudad y también desde su fundación por el cónsul romano Décimo Junio Bruto, a quien el primer edil se niega a recordar con una jornada al año para glosar, no ya solo su figura, sino la época de la fundación de Valentia.
Se cumplen ahora también los 1.000 años de la Taifa de Valencia, la más importante de su historia, y de su muralla de época musulmana. La respuesta del equipo de gobierno a nuestro planteamiento de conmemorar esa efeméride ha sido lamentable.
La historia de Valencia y de la Comunitat Valenciana es rica, intensa y, lo más importante, muy diversa. Somos fruto de muchos años de historia y de la conjugación de diferentes culturas.
Todo ello debe promocionarse, respetarse y darle el valor que se merece como parte de nuestro legado y de nuestro patrimonio.
Después de haber vivido unas Fallas históricas, que suponen el kilómetro cero del camino hacía la nueva normalidad en toda España, este Nou d´Octubre debe ser el punto de partida para la recuperación sanitaria y económica y así construir un futuro lleno de oportunidades para todos los valencianos y que introduzca a Valencia plenamente en el siglo XXI, pero eso sí, sin olvidar nuestros orígenes. No podemos dejar de ser lo que siempre hemos sido, una tierra multicultural y abierta.Trabajamos por y para ello y, desde luego, Valencia vale la pena.
Feliz Nou d´Octubre.
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