Vicente Cornelles. /EPDA En el verano pasado fue el fuego, ahora en noviembre, el agua. Los incendios forestales devastaron una parte importante de la provincia, pese a la existencia de planes preventivos redactados por las administraciones provinciales y autonómicas. Documentos que quedaron en papel mojado ante la virulencia de las llamas. Y, por supuesto, por una falta de gestión de las autoridades competentes. La falta de limpieza en barrancos, la falta de vigilancia en los bosques y la precaria situación laboral de guardias forestales, entre otros motivos, llevaron a la dantesca situación que tuvimos que sufrir por la incompetencia de los que gobiernan.
Eso es lo mismo que ha pasado con las recientes lluvias. La ciudad de Castellón, colapsada. Bien es cierto que hay situaciones límites inabarcables, pero también lo es el hecho de que el equipo de gobierno municipal, como todos los años, presenta a bombo y platillo su plan antiinundaciones, todo un dossier que es vendido mediáticamente como el bálsamo de Fierabrás para frenar los avatares de la naturaleza. Y, como siempre, estos programas de prevención vuelven a fallar cuando se desata la furia de los cielos. La razón es muy simple. Enhiestos en sus despachos, nuestros representantes políticos, ni se ocupan ni preocupan del día a día de los castellonenses.
Una buena parte de los efectos de la Dana se podían haber evitado. Como las calles adyacentes a la avenida del Lledó, anegadas por las obras de reforma del vial. ¿De verdad, nadie pensó que los trabajos de remodelación del paseo a la basílica podían estancar las aguas? O las sempiternas inundaciones en la Marjalería. Promesas, promesas, promesas… dejando al albur de la tormenta a los vecinos de esta zona de la ciudad. Desbordamientos en las rondas de circunvalación… todos los años igual.
Yo pediría al Acord de Fadrell que se dejara de salvoconductos y vademécums previsores y preparatorios ante aguaceros sobrevenidos y se pusieran las botas de agua y empezaran a bajar a la realidad y comenzasen una ronda de explicaciones y disculpas con los vecinos de Castellón por su falta de diligencia en el cumplimiento de su mandato al frente del Ayuntamiento, que no es otro que proteger, servir y defender a la ciudadanía.
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