Un momento de la obra'¿Cuántas historias puede contener
una granada de mano?' Esa pregunta fue el arranque de la obra 'El artefacto',
una producción de La Zafirina y El Gatopardo que se estreno en el Teatro
Serrano de Segorbe el 20 de mayo, y del 2 al 5 de junio se instala en el Teatro
Rialto de València.
"Por muy terrible que sea este
objeto, no lo es tanto por sà mismo, sino por las manos que lo sujetan y los
ojos que lo miran", ha explicado el dramaturgo segorbino y director de la
pieza, Sergio Serrano.
La granada pasa de mano en mano
durante todo el espectáculo y es objeto para matar, tesoro, esperanza, olvido y
silencio. "Las historias posibles de la granada son tantas como los
episodios de nuestra historia reciente. Y en sus contradicciones, el arma
transciende y habla de nosotros mismos", ha expuesto Serrano sobre su
proyecto, desarrollado en el laboratorio de dramaturgia En blanco de la Sala Cuarta
Pared de Madrid en 2020.
Sus protagonistas son narradores
omniscientes de la acción. Arianne Algarra y Jorge Valle generan las atmósferas
de la obra, los espacios donde se desarrollan las escenas, y encarnan más de
una docena de personajes pasando por lo cotidiano y lo poético, por la comedia
y la tragedia.
Todas las escenas que conforman 'El
artefacto' tienen algo de cierto porque se basan en episodios reales de la
historia reciente de España, aunque los personajes están ficcionados.
La acción tiene lugar en un espacio
vacÃo e indefinido. Ese no-lugar le da pie a Sergio Serrano para proponerle al
espectador un juego teatral en el que darle alas a su imaginación para
completar los elementos que no están y vienen dados por el texto. Jaume
Policarpo ha sido la persona encargada de darle forma escenográfica a ese
espacio esbozado que permite al dramaturgo, a los actores y al público una
libertad total para proyectar en él pasado, presente y futuro.
Memoria a corto y largo plazo
La pieza pone el foco en la memoria,
en nuestro ayer, pero también en nuestro hoy y nuestro mañana. En esa historia
que se repite una y otra vez. En ese odio, hambre, olvido y silencio, pero
también en la parte luminosa, en mirar hacia el futuro. En tener una
responsabilidad con nuestro pasado y con nosotros mismos. El detonante de 'El
artefacto' fue, de hecho, un encuentro de Sergio Serrano con su abuelo cuando
tenÃa 92 años.
"La memoria es esencial y es
humana. Y el teatro es el territorio de lo humano. Conocer qué les pasó a
nuestros abuelos y abuelas nos hace entender el presente y nos hace entendernos
a nosotros mismos, saber cómo llegamos hasta aquÃ, y nos permite darnos cuenta
de lo verdaderamente importante", ha finalizado Serrano.
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