Jornada de análisis Las propuestas, y el análisis de su viabilidad,
se han debatido en la jornada divulgativa que se ha
desarrollado en la localidad de Soneja, en la sede de la Mancomunidad del Alto
Palancia, y que ha girado en torno a las alternativas existentes para que la
agricultura no languidezca más y recupere, en alguna parte, la pujanza
económica del pasado. Propietarios de parcelas, productores, pequeños
emprendedores, representantes de la Administración y público en general han participado
en el debate aportando su visión sobre el problema.
La iniciativa de la jornada partió del Pacto
por el Empleo, en colaboración con la Estación Experimental Agraria de la
Conselleria de Agricultura en Vila-real. Para exponer su punto de vista y
plantear propuestas han participado, como ponentes, Juan José Lliso, del
Servicio de Transferencia de Tecnología de la Generalidad; Myriam Mestre, en representación
de las Cooperativas Agroalimentarias de la Comunidad Valenciana; y David Moya, productor
agroalimentario y comercializador de la firma Saborita, de Segorbe.
Entre las opciones barajadas para evitar la
pérdida de las explotaciones, se ha planteado el emprendimiento, con proyectos
clásicos o innovadores, la gestión compartida de tierras, el alquiler de
parcelas y la custodia del territorio, que consiste en acuerdos entre entidades
y la propiedad para adoptar una gestión de las tierras orientada a la
conservación de valores y recursos de las fincas. También se ha hecho
referencia a los bancos de tierras, aunque la experiencia ha demostrado escasa
eficacia, a causa de la desconfianza de las personas propietarias, obstáculos
legales, y los impedimentos desde las administraciones públicas.
El abandono de tierras se ha agudizado en los
últimos años en la comarca y amenaza con acarrear consecuencias negativas a
medio y largo plazos. La actividad agraria ha representado desde siempre uno de
los principales motores de la economía localy la caída paulatina de la
producción ha tenido resultados indeseados en la actividad económica y en el
deterioro de los espacios naturales, además de contribuir a la despoblación del
territorio rural. Al margen
de la cuestión económica, el debate ha abordado otros puntos de vista, como
lanecesidad de proteger paisajes de alto valor
cultural, paisajístico y ambiental. En definitiva, que se reafirmen los ejes de aprovechamiento
agrario y potenciador delturismo sostenible.
La Comunidad Valenciana
lidera el ranking de abandono de tierras productivas. En los últimos 30 años los datos oficiales indican que se han desatendido
cerca de 163.000 hectáreas, más del 21% de las existentes. Los ponentes
expondrán las debilidades y amenazas que se ciernen sobre el sector agrario y
analizarán las fortalezas y oportunidades de iniciativas como los bancos de
tierras, la gestión en común, el arrendamiento o la cesión de suelos agrícolas.
El campo valenciano presenta
una gran debilidad por el predominio del minifundismo y la escasa implantación
tecnológica en las explotaciones. A ello se une el envejecimiento de la
población activa, la baja rentabilidad empresarial, así como la deficiente
planificación, la poca estructura vertical en la cadena de valor, la baja
profesionalidad de los productores agrarios y la escasa cultura financiera y de
gestión de negocio.
El
abandono de tierras es un fenómeno local, pero que es consecuencia de factores
diversos: biofísicos, agrícolas, estructurales, de mercado, regionales,
institucionales y estratégicos. Los problemas de gestión y la adaptación
estructural son las principales fuerzas impulsoras que afectan a este proceso. Los
efectos nocivos del abandono de tierras podrían amenazar el futuro de los
hábitats. Sin embargo, se considera que en determinadas condiciones y en
algunas fases del proceso de abandono, podrían darse algunos resultados
beneficiosos.
La
tendencia del abandono de tierras podrá verse agravada, a medio y largo plazo,
por factores externos (cambio climático, globalización, crisis sanitarias). Desde
la Unión Europea, a través de la Política Agraria Común, se señala que algunas
de las principales herramientas de actuación que se pueden emplear para
minimizar los efectos de los factores que impulsan el abandono de tierras son
la mejora de las condiciones de explotación, el apoyo adaptado a las zonas con
limitaciones naturales, las medidas relacionadas con la silvicultura y el medio
ambiente, así como la ayuda a las comunidades rurales.
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