Protesta de vecinos de Torre la Sal“Salvar los poblados marítimos de la provincia de Castellón
amenazados por el Ministerio de Transición Ecológica es cosa de todos”. Es por
ello que el Grupo Popular en la Diputación de Castellón ha presentado una
moción al pleno del ente provincial del próximo martes, 14 de septiembre, en la
que insta al resto de los partidos con representación –PSOE, Compromís y
Ciudadanos-- a que se sumen a la propuesta de modificación de la Ley de Costas
registrada por el PP en el Senado y de la que ya son conocedores los vecinos
damnificados, así como las asociaciones que les representan.
Un cambio sustancial que, como indica el diputado popular, Andrés
Martínez, “permitiría que áreas tradicionales como Torre la Sal, les Casetes de
la Mar de Nules, de Almenara o de Xilxes fueran consideradas núcleos urbanos
con especiales valores etnológicos, algo que las libraría de la amenaza del
derribo a la que se ven sometidas de manera periódica, con el riesgo de que se
ejecute en cualquier momento”. “Si, como dicen, quieren ayudar de verdad, deben
sumarse al PP y sacar adelante esta modificación mediante una disposición
adicional que reconociera la singularidad y excepcionalidad de los poblados
marítimos tradicionales”, añade.
Martínez detalla que en la moción se especifica que, “si bien es
cierto que la legislación sobre costas debe garantizar el dominio público sobre
la zona marítimo-terrestre, no lo es menos la falta de suficientes medidas de
protección de este durante décadas. Un tiempo en el que la regresión litoral se
ha agravado y que ha supuesto que las modificaciones en los deslindes hayan
dejado dentro del dominio público marítimo-terrestre inmuebles urbanos
destinados a residencias unifamiliares o pequeños comercios consolidados
durante décadas previas a que se llevaran a cabo los mismos”.
A este respecto, indica que este tipo de construcciones se
encuentran en otros puntos del litoral español y tienen características comunes
como que “son edificaciones de baja densidad, muy identificadas con el entorno
paisajístico de donde se ubican y asociadas con un modo de vida marinero”.
Recuerda que “algunas están consolidadas desde hace más de un siglo y, en
muchos casos, han merecido protección especial por figuras de catalogación
autonómica como bienes de interés cultural (BIC) o de relevancia local”.
“Resulta llamativo que, pese a ello, no gocen de ninguna particularidad en el
tratamiento legislativo de Costas”, resalta.
Ante esto, recuerda a todos los grupos de la Diputación que “es
necesario lograr que el Gobierno de España establezca un abrigo legislativo
para estos núcleos urbanos que requieren de herramientas que impidan
expedientes de desocupaciones o derribos”. “Si vamos todos juntos, sin atender
a las siglas políticas sino a las necesidades de los ciudadanos, será más fácil
conseguir un objetivo que no dudo que es común”, enfatiza el diputado
provincial.
“No hablamos de proteger solamente a las personas directamente
afectadas, sino también de atender el interés público y salvar unas
construcciones que son paradigmáticas y características del uso tradicional del
litoral español”, apunta. Y apostilla que, “no en vano, las podemos encontrar
también en Menorca (las Casetes de Vorera); Puebla Larga y el Faro de
Fuencaliente (isla de La Palma); El Altillo, Casas Quemadas o La Barranquera
(Gran Canaria) o Telde (Gran Canaria); además de los municipios de Tufina y
Ojos de Garza.
“El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico debe
modificar de manera urgente la Ley 22/1998 de Costas y desde el PP nos ponemos
a su disposición con una propuesta factible”, valora Andrés Martínez.
Entre las características que deberán tener los poblados a
proteger destacan: que sean conjuntos de edificaciones que acumulen valores
culturales, históricos o etnológicos acreditados por el Ayuntamiento o la
Comunidad Autónoma en la que se ubiquen; que su demolición suponga una pérdida
de patrimonio cultural, histórico o turístico y que existan previo a su
inclusión en el dominio público marítimo-terrestre. A partir del momento en el
que la Administración del Estado los incluya como núcleos urbanos –en el caso
de que la modificación propuesta por el PP salga adelante-- “se regirán por el
régimen de terrenos incluidos en zona de servidumbre de protección y estarán
libres de la espada de Damocles que tienen en la actualidad”, concluye.
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