El Tribunal Supremo ha rebajado la condena impuesta por la Audiencia Nacional al exconsejero delegado del Banco de Valencia Domingo Parra al considerar que no se justificó adecuadamente la pena, y la eleva para el exdirectivo Alfonso Monferrery los empresarios Salvador Vila y Juan Bautista Soler, al considerarlos cooperadores necesarios y no cómplices del delito continuado de administración desleal.
Asimismo, establece que la indemnización civil que deben pagar los acusados por el caso Banco de Valencia, en el que se ha juzgado la administración desleal en varias macrooperaciones urbanísticas financiadas por la entidad, debe otorgarse al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y no a CaixaBank, como decidió la Audiencia Nacional en 2019.
De este modo, el alto tribunal rebaja la pena del que fuera consejero delegado de Banco de Valencia, Domingo Parra, de 4 años a 3 años y 8 meses de prisión, por delito continuado de administración desleal.
Por el contrario, la eleva de 6 meses a un año y medio de prisión pare el exdirectivo Alfonso Monferrer, y de 4 meses a un año, un mes y quince días de prisión para los empresarios Salvador Vila Soria y Juan Bautista Soler Luján, los tres como cooperadores necesarios.
El Supremo sí ratifica lo acordado por la Audiencia Nacional en lo que respecta a la cuantía de las indemnizaciones civiles que deben pagar los acusados, 168 millones de euros para Parra y Monferrer, que deberán satisfacer de forma conjunta y solidaria; 119 millones en el caso de Vila, y de 130 millones en el de Soler.
La causa se originó con una querella interpuesta en 2013 por el FROB, que alegaba que la conducta de los directivos de la entidad le había ocasionado un perjuicio de 160,5 millones de euros.
Las macrooperaciones que Parra llevó a cabo fueron realizadas sin seguir los protocolos establecidos por el Banco de Valencia y sin seguir las recomendaciones que había hecho el Banco de España.
No se analizaron debidamente y con un mínimo rigor las inversiones, que dejaron un perjuicio patrimonial en las distintas macrooperaciones de 90,4 millones, 77,8 millones y 29,8 millones de euros.
Tampoco se percibió el riesgo que podrían conllevar estas operaciones altamente arriesgadas al no estudiar las posibilidades de reembolso de los socios, a los que no se les exigieron garantías suficientes.
La causa investigó a directivos del Banco de Valencia y representantes de sociedades mercantiles que convinieron una serie de préstamos y líneas de crédito ruinosas para el Banco de Valencia, mediante negocios altamente especulativos.
De esa forma, contrajeron obligaciones fraudulentas para la entidad, en cantidad millonaria de euros, con abuso de funciones y en perjuicio del Banco, teniendo que ser rescatado por el FROB con dinero procedente de la Unión Europea. Como consecuencia de la gestión bancaria, el Banco terminó vendiéndose a Caixabank por la cantidad simbólica un euro.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia