Héctor González. /EPDA La documentación y estudios arqueológicos llevan a pensar que el Grial de Valencia es el que utilizó Jesús en la última cena”. A esta frase llegas tras entrar en la web www.visitvalencia.com desde la pestaña de la página digital del Ayuntamiento. Antes tienes, y una vez ya navegando por la plataforma turística oficial, que pinchar en el apartado de museos y monumentos, y, después, clicar en el rótulo ´Catedral, Miguelete y Santo Cáliz´.
Y ya dentro, sin foto ilustrativa del cáliz sagrado, la información sobre este tema específico, sobre la copa de la última cena, se resume en menos de un párrafo, el mismo espacio dedicado a los frescos renacentistas.
Toda esta introducción la hago para ejemplificar hasta qué punto el Consistorio capitalino opaca uno de sus principales reclamos turísticos y uno de sus mayores tesoros históricos. Sin duda alguna, y a pesar de la importancia histórica y comercial de La Lonja o de la grandiosidad arquitectónica de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, se trata del más conocido internacionalmente. Sobre todo tras su búsqueda cinematográfica en ´Indiana Jones y la última cruzada´.
La situación llega hasta el extremo de que hace escasos días, el 3 y 4 de octubre, se ha celebrado el II Congreso Internacional de Divulgación y Periodismo El Camino del Santo Grial, con la participación de expertos locales, autonómicos, nacionales y extranjeros. La ruta a la que alude, El Camino del Santo Grial, tiene como destino final la catedral de València, y más en concreto la capilla del Santo Cáliz.
No obstante, este certamen, pese a su importancia y al papel fundamental de la urbe del Miguelete en la peregrinación que empieza en Jaca y culmina en la catedral valentina siguiendo el trayecto secular de la copa sagrada, se ha desarrollado en Massamagrell. Esta última localidad se encuentra en El Camino del Santo Grial como un hito poblacional más. En cambio, ha decidido individualizarse apostando por el renombre y la fuerza que le pueda proporcionar sumarse a un proyecto de esta envergadura.
Lo lógico, en cualquier caso, sería que el congreso se hubiera celebrado en Valencia. ¿Por qué no se ha hecho? Por lo mismo que no hay señales indicativas visibles en la ciudad de la existencia de este cáliz. Por idéntica razón por la que en la web hace falta traspasar tres pantallas para toparse con menos de un párrafo de referencia.
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