Paula Llobet He de reconocer mi extrañeza ante el hecho de que en la
última semana los dirigentes del Ayuntamiento de Valencia hayan puesto el foco mediático
en defender la supuesta libertad de expresión de un rapero delincuente y a
quienes le jalean en lugar de centrar todos sus esfuerzos en buscar ideas e
implementar políticas que fomenten el empleo.
En estos momentos, la falta de empleo es una de las mayores
preocupaciones de los valencianos y siendo así lamento muchísimo que ni
Compromís ni el Partido Socialista hablen de las terribles cifras de paro ni de
lo más importante: de cómo combatirlas.
Queda confirmado que la izquierda de esta ciudad se siente
más cómoda debatiendo sobre ideología que gestionando. Se siente más cómoda
hablando de Hasél que de los miles de valencianos que quieren trabajar y no
pueden.
En la ciudad, rozamos los 67.000 desempleados (13.867 parados
más que hace un año). Nuestros jóvenes no tienen esperanza de futuro. Si eres
menor de 25 años, es más difícil encontrar un puesto de trabajo en Valencia que
en otra de las grandes ciudades de España. Aquí el paro juvenil ha crecido 20
puntos más que la media nacional. Una tragedia.
Y la pregunta que me hago es: ¿De qué les sirve a los
valencianos que Compromís y el PSPV les suban los impuestos 30 millones de
euros si, cuando aumenta el paro juvenil un 62%, recortan las contrataciones de
jóvenes en un 72%?
¿De qué les sirve a los valencianos que les suban los
impuestos si, cuando el desempleo
aumenta en edades adultas en Valencia el doble que en España, su
Ayuntamiento reduce el presupuesto de Programas de Empleo en un 45%?
Está confirmado que tenemos un gobierno que no tiene ni idea
de cómo gestionar esta crisis económica. Prefieren gastarse 12 millones de euros
en marquesinas nuevas e invertir otros tantos millones en construir 15 carriles
bici nuevos que en salvar a los autónomos, comerciantes y hosteleros de la
ciudad.
3 de cada 4 parados de Valencia pertenece al sector
servicios, pero el Sr. Ribó prefiere cargar contra la policía en lugar de
arremangarse y trabajar para buscarles una solución.
Parece que los hosteleros de esta ciudad, empresarios del
ocio nocturno y otros sectores gravemente afectados por el Covid tengan que
brindar porque el gobierno municipal haya destinado 4,3M€ en ayudas, cuando la
ciudad recauda más de 465 millones de euros.
Parece que haya que brindar por la puesta en marcha de las
Ayudas Paréntesis que se plantearon por un cierre de la hostelería de 15 días
que se ha prolongado más de un mes y cuando a partir del lunes todavía no
podrán abrir completamente sus negocios.
Ante la falta de iniciativa de la izquierda, el PP en el
Ayuntamiento de Valencia ha propuesto aumentar el presupuesto para políticas
activas de empleo, un segundo Plan Resistir para todos
los sectores que la Generalitat se ha dejado fuera y un salvavidas para aquellas empresas de más
de 10 trabajadores que crean
empleo.
Es
increíble que un rapero machista que ha violado la
ley movilice más a Compromís y al PSPV que las miles de familias valencianas en
la ruina, por las que la izquierda de la ciudad no ha alzado la voz exigiendo
ayudas al Gobierno de España durante todo este año.
Compromís, Podemos y
PSPV -sostén fiel del Señor Ribó- se ponen del lado de quienes queman y
destrozan el mobiliario urbano (unos niñatos que no saben el esfuerzo que
supone levantar la persiana todos los días), en lugar de respaldar sin fisuras a
la policía que defiende a los trabajadores que no pueden ejercer su actividad y
a quienes el Gobierno de Sánchez no les ha dado ni un solo euro en 12 meses.
Lo dicho: Hasél 1- Hosteleros 0.
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