Toni Subiela Parece que Pere Major, histórico presidente del Bloc-Compromís, se iba a embolsar 12,6 millones de euros en comisiones por mediar entre la trama Azud y el Ayuntamiento de Burjassot. Quasi res porta el diari!
Sin embargo, parece ser que algo salió mal y el pelotazo no se llevó a cabo. Por eso, titulo el artículo como “casi corrupción”, aunque también lo podría haber titulado “total sinvergüencería”. Sí, porque ya hay que ser sinvergüenza para excusarse con que el negocio no se hizo. Como si no fuera grave la intención. Lo repito: sinvergüencería total.
Con todo lo que vamos sabiendo, habrá que esperar al desenlace del proceso judicial porque puede haber sorpresas. Alguno que otro cobró y el centro comercial existe. Habrá que estar atentos y tener muchas provisiones de palomitas. La nueva serie promete. Lamentablemente.
De hecho, el sumario resalta hechos que sustentarían la existencia de sobornos al más puro estilo de una película de Antonio Ozores, ilustre vecino de Burjassot, con trapicheos de gastos electorales, gemelos y plumas bien caras e incluso billetes de lotería (solo falta que el artista invitado de la película fuera Carlos Fabra, el ex del PP).
Sea como sea, la indecencia política también pasó por Burjassot. Ya veremos si pernoctó o sólo paró a almorzar; pero alguno de los que aparece en los papeles como partícipe de los trapicheos llegó a ser alcalde, ni más ni menos.
Lo peor de todo esto es que ya ni sorprenden estas noticias. La ciudadanía ha dejado de escandalizarse porque asume que todo político es un chorizo y un corrupto. Estos casos de corrupción, o supuesta corrupción, apenas afectan a los resultados electorales porque no hay forma de recuperar la credibilidad de la clase política.
Se ha hecho tan mal, se ha robado tanto y, además, se ha hecho con tanto despotismo y bula, que ni los partidos que estamos limpios de corrupción y que peleamos por erradicarla, conseguimos un mínimo de credibilidad pública.
Aun así, por principios, por convicción y por responsabilidad, seguiré peleando por que alguien crea que la honestidad y la honradez no son incompatibles con la política. Burjassot no se merece estar cada dos por tres en boca de todos por titulares vergonzantes.
Confío en que la justicia ponga a cada uno en su sitio y que la ciudadanía, cuando acuda a las urnas, también lo haga. No caigamos en el derrotismo y la frustración. Hay otras formas de hacer política.
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