Juan Vicente Pérez. EPDA. Mientras la presión pandémica sigue su esperado descenso, ante el empuje de la vacunación que nos debe llevar a la tan esperada inmunidad de rebaño, las otras caras de esta crisis siguen agravándose. De la situación política tras el tsunami “IDA” en Madrid, nos quedamos con los cortes de coleta y el empecinamiento de Sánchez que sigue poniendo la proa a la región más próspera de España, locomotora de nuestro crecimiento durante la crisis y redistribuidora de riqueza y bienestar.
De la cara social qué decir. Solo con ver las imágenes de las colas del hambre en el Cap i Casal, en esta tierra donde la Izquierda venía a rescatar persones, llenándoseles la boca con sus soflamas ideológicas. Propaganda y cortinas de humo para tratar de esconderlas tras estos seis años del Botánic en los que se han multiplicado, certificando el escándalo, vergüenza y fracaso de sus políticas.
La cara Institucional no se queda a la zaga. Con los Derechos y Libertades sujetos al dictamen de la superioridad moral que siempre exhibe esta izquierda, solo cabe denunciar la mordaza a las Instituciones , con el parlamento silenciado y el bloqueo a todas las iniciativas de la oposición. Casado ha llegado a proponer hasta 11 Pactos de Estado ante la soberbia y desprecio de Sánchez.
Pero si hay una cara de la crisis que si ocupa y preocupa a una ciudadanía que lucha por su supervivencia una vez más, tras el infausto recuerdo de los brotes verdes de Zapatero, es la económica. El sanchismo y sus aliados, exponentes del populismo neomarxista surgido de los laboratorios sociales, se esfuerzan cada día por mantener ese triste liderazgo para mayor gloria del caudillo Sánchez. Tras una caída del PIB de casi el 11%, las previsiones de la CE sobre el esperado repunte de nuestra economía confirman que estarán por debajo de las del FMI (6’4%). Este 2021 tiraremos del crecimiento con un 5’9% (4’3% Zona Euro y 6’4% EEUU), pero no podremos absorber el desastre que arrastramos desde 2020. Predicciones en las que el impacto de los esperados Fondos Europeos será determinante.
Por no hablar del Empleo. Tras el desplome del -4’2% en 2020, en 2021 estaremos en el 0’2%, manteniéndonos líderes del paro europeo con el 15’7%, doblando las magnitudes de la Zona Euro y de la UE. Un escenario que contrasta con los anuncios salvíficos de Sánchez, totalmente alejados de la cruda realidad. Una inflación, el impuesto a los pobres, del 1’4% y un déficit público del -7’6% en 2021 que se acumula al -11% de 2020, con una Deuda Pública en el 119’6% del PIB que nos sitúa como una de los países más endeudados del mundo. Una preocupante incertidumbre como nos recuerda el nada sospechoso Banco de España, confirmando que los niveles de PIB anteriores a la crisis no se recuperarán hasta 2023. Una recuperación robusta, nos dicen desde el gobierno.
Por si faltaba algo a este coctel explosivo, el gobierno prepara una masiva subida de impuestos a la clase media trabajadora. Otro palo en la rueda para el crecimiento, el empleo y la recuperación. Un hachazo fiscal y un expolio a millones de españoles por parte del gobierno mas caro de la historia.
Todo con el objetivo de elevar los ingresos públicos. Nada menos que 90.000 millones para pagarles la fiesta. Todo menos reducir el número de Ministerios, asesores y chiringuitos varios. Abróchense los cinturones, pues a la luz, le siguen el diésel, billetes de avión, gases fluorados, plástico, residuos, eliminación beneficios fiscales a los planes de pensiones, tasa Google y Tobin, imposición de peajes en todas las autovías, aumento cotizaciones sociales, revisión impuestos matriculación y circulación, armonización del impuesto de patrimonio y aplicación de un tipo mínimo en el impuesto de sociedades, supresión IVA reducido, más la propuesta del nuevo sablazo a los autónomos.
Una tormenta confiscatoria en el peor momento y por el peor gobierno y como bien advertía mi buen amigo Juan Bravo, “por empobrecer a los ricos, no enriquecemos a los pobres”. ¿Que puede salir mal?
Comparte la noticia
Categorías de la noticia