En la imagen, el robot submarino desarrollado. EFE/Domenech Castelló El proyecto SIMBAAD (Sistema
Integrado de Monitorización y Búsqueda de Amenazas Acuáticas para Defensa) está
coordinado por la Universidad Jaume I de Castelló y cuenta con la participación
de la Universidad de les Illes Balears, la empresa tecnológica madrileña UTEK,
especializada en el desarrollo de sistemas no tripulados, y el astillero
gallego Narwhal Boats.
Asimismo, se cuenta con el apoyo de
la Armada a través de la ETS (Escuela Técnica Superior) de Ingenieros de Armas
Navales, según ha explicado a EFE el catedrático de la UJI de Ciencia de la
Computación e Inteligencia Artificial Pedro José Sanz.
SIMBAAD está financiado por la
Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, dentro del
Programa COINCIDENTE, y responde a las necesidades detectadas en las
tecnologías asociadas al uso colaborativo de vehículos no tripulados y redes de
sensores.
Según fuentes del proyecto, se trata
de una colaboración, Administración-Universidad-Empresa que permitirá
"lograr importantes avances científico-tecnológicos a nivel
nacional".
El sistema, actualmente en
desarrollo, estará compuesto de una embarcación no tripulada de superficie que
integrará un vehículo submarino autónomo. Ambos vehículos llevan incorporados
diversos sensores para la detección de potenciales amenazas marinas, además de
todos los elementos necesarios para facilitar las comunicaciones y su
navegación autónoma.
El conjunto se completa con una red
de sensores desplegados en boyas. Todos los elementos del sistema se comunican
entre sí y envían los datos, en tiempo real, a una estación de control remota
que permite la operación a distancia de los vehículos no tripulados.
La combinación de sensores fijos y
móviles permite una optimización de los recursos y una mejor cobertura de la
zona a proteger.
El conjunto se completa con sistemas
de detección e identificación automática de amenazas y, además, de un entorno
de simulación específico que facilitará el entrenamiento de los usuarios
finales del sistema.
Entre estas amenazas que se podrían
identificar se encuentra un submarino enemigo, una mina o cualquier objeto no
identificado, susceptible de contener sensores, explosivos o cualquier medio
que pueda amenazar la seguridad de un área determinada, incluyendo
infraestructuras portuarias o embarcaciones de cualquier tipo.
El Centro de Investigación en
Robótica y Tecnologías Subacuáticas de la UJI (CIRTESU), inaugurado en
diciembre de 2020 por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la rectora
de la universidad, Eva Alcón, juega un "papel clave", pues además de
coordinar el proyecto y tener la responsabilidad única ante el Ministerio de
Defensa podrá realizar ensayos preliminares del sistema en su imponente tanque
de agua de 480 metros cúbicos.
La idea, según relata Sanz, es hacer
pruebas de comunicaciones y sensores con las boyas, un submarino que supla al
de la demostración final y lo mismo para la embarcación de superficie.
No obstante, debido a la naturaleza
del demostrador, por sus dimensiones y su necesidad de mostrar su ejecución
real en el entorno marino, las pruebas finales se llevarán a cabo, si las
circunstancias lo permiten, en la Base Naval de Cartagena.
SIMBAAD, iniciado a finales de 2020,
tiene una duración prevista de dos años y se espera completarlo con una
demostración de las capacidades del prototipo final desarrollado,
presumiblemente en instalaciones de la Armada.
El proyecto será capaz de
proporcionar "una valiosa herramienta" para la detección temprana de
amenazas y, aunque está especialmente concebido para la detección de las de
tipo subacuático, las sinergias que se conseguirán mediante el uso combinado y
colaborativo de un vehículo de superficie, boyas y un vehículo submarino hacen
que permita, además de la detección de amenazas submarinas, la detección
temprana en superficie.
Aunque este proyecto está orientado
a Defensa, algunas de sus contribuciones tendrán impacto directo en la sociedad
civil: en zonas portuarias, tanto destinadas a mercancías como transportes de
personas, podrá realizar actuaciones de prevención y seguridad, incluyendo
operaciones de mantenimiento de todo tipo, como inspección de cascos de buques,
inspección de muelles de carga, o colectores y cables submarinos, entre otros.
Actualmente hay tres investigadores
de la UJI, dos ingenieros y una ingeniera (Alejandro Solís, Marcos de la Cruz y
Andrea Pino), contratados y trabajando en el desarrollo del proyecto, además de
los tres doctores pertenecientes a la UJI (Raúl Marín, J. Vicente Martí y Pedro
José Sanz).
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