El día 18 se presentará en Geldo El nuevo espectáculo
de la compañía La Zafirina habla de mujeres que desafiaron todas las leyes,
convencionalismos y tradiciones para ejercer una profesión, la de escritora,
vetada durante muchos siglos a la mujer. Cuando el tiempo no tenga ya
memoria detalla la relación de dos mujeres a través de su
correspondencia.
La obra, cuyo estreno
está previsto el próximo 17 de noviembre en Navajas y el 18 se representará en
Geldo, forma parte de una iniciativa llamada Escritos para no olvidar
(me),que engloba actividades para acercar las artes escénicas y otras
formas artísticas este otoño e invierno a los vecinos del entorno rural.
Mafalda Bellido y
Sergio Serrano crearon en 2016 la compañía teatral La Zafirina en el Alto
Palancia. Después de desarrollar diversos espectáculos para sala y girar por
todo el territorio estatal, la pareja profesional ha decidido iniciar un
proyecto escénico contemporáneo que alivie las carencias culturales de los
municipios de esta comarca de Castellón.
«La propuesta inicial
fue acercar a los núcleos de población más pequeños un espectáculo de calidad y
que las necesidades técnicas no fueran un impedimento para que los municipios
pudieran disfrutar en igualdad de condiciones que en cualquier ciudad grande de
una propuesta teatral. Un texto potente, dos actrices y dos lámparas es lo
único que hemos necesitado», comparte Bellido acerca de su obra Cuando el
tiempo no tenga ya memoria, de la que ya se han realizado unas primeras
lecturas dramatizadas en Altura, Segorbe, Teresa, Viver, Rocafort o Serra.
El texto consta tanto
de una versión de sala como de una para espacios no convencionales, como
bibliotecas, salas de exposiciones y claustros. La única diferencia será la
disposición del público.
«Nuestra finalidad es
convertir el espectáculo en un proyecto de dimensión social a partir de los
temas que se tratan, como la ruralidad, la condición de ser mujeres o la
literatura y generar vínculos entre cultura, reflexión, población, procesos
creativos y ciudadanía», avanza Bellido, que acaba de ser reconocida con el
galardón al Mejor Texto por su obra Los que comen tierra en
los Premios de las Artes Escénicas Valencianas 2023.
Teatro epistolar y
plagado de referentes de la literatura femenina
En su nueva
pieza, Cuando el tiempo no tenga ya memoria, los escritos de sus
protagonistas permiten conocer sus vidas durante el final del verano de 1970 en
un pequeño pueblo del interior. Las misivas se convierten en el refugio de
ambas amigas para intentar hacer frente al contexto en el que les ha tocado
vivir y las dificultades que tienen para dedicarse a su vocación.
Años después, en la
actualidad, estas cartas aparecen en la biblioteca del pueblo donde aquellas
mujeres pasaron el estío. La bibliotecaria las encuentra en un libro y
rápidamente llama a una amiga periodista, con la intención de que las lea. La
literatura, la poesía, el mundo rural y la condición de ser mujer se mezclan en
esta relación epistolar que trata sobre la importancia de la escritura, el
amor, los cuidados, el proceso de empoderamiento femenino y el cambio vital de
sus vidas.
«La obra nació con la
idea de realizarla con la mayor intimidad posible, que el público estuviera a
dos bandas, muy cerca de las actrices, y con una iluminación basada únicamente
en bombillas. En la versión para espacios no convencionales seguiremos
apostando por esta disposición y esta iluminación, mientras que en la versión
para teatros que no permitan tener al público a ambos lados, utilizaremos una
iluminación más teatral y algunos cambios de vestuario», adelantan desde la
compañía, que mañana, 8 de noviembre, representan otra de sus obras, Niña
de nadie, en la Muestra de Autores de Alicante.
Así, a lo largo de la
trama se van citando a referentes de la literatura femenina: clásicas como la
mesopotámica Endeuana y la poeta de la Antigua Grecia Safo, pioneras en nuestro
país, caso de Gertrudis Gómez de Avellaneda, Cristina de Pizán, María de la O
Lejárraja y María de Zayas, y autoras que son contemporáneas de las
protagonistas, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute y Josefina de la Torre,
entre otras.
«En la actualidad
muchos de los derechos que nuestras antecesoras consiguieron y que creíamos firmemente
asentados se están viendo cuestionados. Ya nos lo advirtió Simone de Beauvoir,
nunca debemos dar por sentado los derechos adquiridos, debemos estar
vigilantes. Pero en la obra también se habla de literatura y censura, y si hace
unos meses nos dicen que ciertas revistas desaparecerían de nuestras
bibliotecas por estar escritas en catalán o por su contenido en materia LGTBIQ+
nos hubiéramos echado las manos a la cabeza, y eso está pasando hoy en día en
nuestra comunidad», alertan desde La Zafirina.
Actividades paralelas
e intergeneracionales
El proyecto ha tomado
un nuevo impulso después de la concesión de las ayudas culturales para entornos
rurales del Instituto Valenciano de Cultura y los fondos Next Generation. Como
resultado, Escritos para no olvidar (me) también está
desarrollando actividades surgidas en torno a la obra en distintos municipios
del Palancia.
La iniciativa ha
incorporado a artistas y personalidades del mundo de la cultura vinculados a la
comarca, desde ilustradoras como Meluca Redón hasta escritoras como Rosario
Raro. Así mismo, trabajan en materias de fotografía, música o ilustración otras
artistas y compañeras, como Patricia Vargas, Isabel Latorre y Marta Pina.
En Teresa y en Segorbe
ha habido coloquios posteriores a la función, moderados por Alicia Sellés,
bibliotecaria y documentalista que forma parte del patronato de la Biblioteca
Nacional de España (BNE). En Navajas, ha tenido lugar una residencia de
investigación para transformar esta lectura dramatizada en una obra de teatro.
Viver será la sede el 10 de noviembre de un encuentro intergeneracional de
escritoras de géneros diferentes, entre las que se encuentra la joven poeta
Sara Gil Ballestar. Y Altura ha sido la sede de un taller de escritura
epistolar en la que sus participantes han aportado cartas de sus antepasados, y
del que el 11 de noviembre se realizará una lectura pública.
La idea es generar
puntos de encuentro y debate entre los vecinos de los municipios, donde abordar
la creación artística en el mundo rural, generando nuevos públicos, acercando
la literatura a través de encuentros interdisciplinarios con otras artistas de
gran repercusión en el panorama estatal, así como fomentar la lectura y
dinamizar las bibliotecas Las actividades culminarán con un coloquio
posterior a la representación de Cuando el tiempo no tenga ya memoria en el
Palacio de los Duques de Medinaceli en Geldo.
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