Los municipios de Castellón con riesgo medio y alto se blindan ante las inundaciones

Las inundaciones son el fenómeno natural que se manifiesta con mayor frecuencia en la Comunitat Valenciana. Con esta afirmación arranca el Plan Especial frente al riesgo de inundaciones de la Generalitat Valenciana, impulsado en 1996 y aprobado en su versión inicial en 1999. Este plan tiene como objetivo principal “garantizar la actuación rápida, eficaz y coordinada de los recursos públicos o privados en situaciones de emergencia por inundaciones y minimizar sus consecuencias”, con el fin de proteger a la población y minimizar los daños económicos y medioambientales que estos eventos climáticos puedan causar.

Episodios como la histórica riada de Valencia de 1957, que devastó gran parte de la ciudad y provocó la reconfiguración del cauce del río Turia, o más recientemente la gran DANA de 2021, que afectó especialmente al sur de Tarragona y el norte de Castellón, sirven como recordatorio de la importancia de estar preparados ante posibles catástrofes de este tipo. Estos fenómenos, que suelen manifestarse con mayor frecuencia con la llegada del otoño, pueden dejar efectos devastadores en el territorio, no solo por la magnitud de las lluvias, sino también por la saturación de los suelos y la incapacidad de los sistemas de drenaje para absorber el agua.

En esta línea, la Conselleria de Justicia e Interior, a través de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE), arranca cada año, hacia finales de agosto, la Campaña de Prevención de Inundaciones para informar a los ayuntamientos de los procedimientos de actuación frente a este riesgo, así como la importancia de actualizar y aplicar correctamente los planes de actuación municipal para garantizar una respuesta rápida y eficaz. 

“La implicación de la administración local es fundamental en estos casos, dado que no hay certeza al 100 % ni en las predicciones meteorológicas, ni en la forma en que las crecidas pueden afectar al territorio”, explica el secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, Emilio Argüeso. Por este motivo, pide a los ayuntamientos que “lleven a cabo buenas prácticas en las tareas de seguimiento de lluvias intensas, crecidas en barrancos o acumulación de aguas, especialmente en los puntos más conflictivos de sus municipios, tal y como se recoge en la planificación”.

Tras varias revisiones en profundidad en 2010 y 2020, el Plan Especial frente al riesgo de inundaciones estableció un total de 227 municipios de la Comunitat Valenciana con riesgo alto y medio de inundación. Este plan, que forma parte de la estrategia de Protección Civil a nivel autonómico, se basa en una metodología que utiliza la cartografía de peligrosidad de inundación ya existente, como la establecida por el Plan de Acción Territorial sobre prevención de riesgo de inundación en la Comunitat Valenciana (PATRICOVA), y tiene como objetivo preparar a las localidades para gestionar eficazmente las emergencias relacionadas con inundaciones. En total, son más de 200 municipios, de los que 31 pertenecen a la provincia de Castellón, que están obligados a elaborar y homologar un Plan de Actuación Municipal frente a inundaciones (PAM IN).

Según los datos facilitados por Emergencias a este periódico con fecha 26 de septiembre de 2024, el 74% de los municipios de la provincia obligados a tener un PAM IN ya cuentan con la homologación de la Comisión de Protección Civil de la Comunitat Valenciana. Se trata de 23 localidades: Alcalà de Xivert, Alfondeguilla, Almassora, Almedíjar, Atzeneta del Maestrat, Benicarló, Benicàssim, Benlloch, Burriana, Borriol, Castelló de la Plana, Caudiel, Eslida, Fanzara, Moncofa, Navajas, Nules, Onda, Oropesa del Mar, Sant Mateu, Santa Magdalena de Pulpis, Torreblanca y Viver.

De las ocho localidades que todavía no cuentan con la homologación y según la información que tiene Emergencias, siete ya están elaborando el plan, lo han realizado o lo han aprobado en pleno a falta de pasar por la Comisión de Protección Civil. Se trata de Cabanes (elaborado), Catí (en elaboración), Montanejos (aprobado por el Ayuntamiento), Peñíscola (aprobado por el Ayuntamiento), la Vall d’Uixó (en elaboración), Vila-real (aprobado por el Ayuntamiento) y Vinaròs (aprobado por el Ayuntamiento).

Almenara es el único municipio de la provincia obligado a tener un PAM IN del que Emergencias no tiene información. Sin embargo, fuentes municipales consultadas por este periódico aseguran que el proyecto ya está en elaboración y que su aprobación es inminente. Una información que confirma la empresa Geoinnova, la cual anunció a principios de abril de este mismo año que el Ayuntamiento de Almenara le había encargado la elaboración del plan.

 Cabe resaltar los casos de Benicarló o Moncofa que, dado que homologaron sus planes en 2008 y 2018 respectivamente, han realizado revisiones, pendientes de aprobación. En una situación parecida se encuentra Benicàssim, que cuenta con la homologación desde 2011, y en estos momentos se encuentra revisando el plan.

Destaca también el caso de Les Alqueries que, pese a no tener obligación de contar con un Plan de Actuación por su riesgo bajo de inundación, cuenta con la homologación desde 2018.

Las lluvias intensas no han cesado en los últimos meses. A la DANA de agosto, que afectó con más intensidad a localidades del interior norte de la provincia, se suman las intensas precipitaciones que dieron inicio al mes de septiembre en Castellón, convirtiéndola en la provincia de la Comunitat Valenciana, como se puede apreciar en el mapa (abajo), con más precipitación acumulada hasta la fecha en la que se redactó este reportaje (25 de septiembre).

Las comarcas de Castellón más afectadas por las últimas tormentas han sido el Alt Maestrat, el Alcalatén, el Baix Maestrat y la Plana Alta, con hasta 257 mm acumulados en Benafigos en los primeros 25 días del mes, según los datos de la Asociación Valenciana de Meteorología (Avamet). A Benafigos le siguen localidades como l’Alcora (246 mm), Ares del Maestrat (230,8 mm), Catí (228,4 mm), Benassal (228,2 mm), Peñíscola (227,2 mm), Benicàssim (227, 2 mm), Cabanes (224,6 mm) o la propia capital, Castelló de la Plana, con 222 mm en la estación de El Grao.