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Paco Ribelles: En el incendio hemos podido ver como parcelas agrícolas han frenado la propagación de las llamas
La agricultura es un elemento destacado para la prevención de los incendios forestales
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REDACCIÓN - 10/10/2022
Paco Ribelles, técnico de la Cooperativa de Viver, entrevistado por Jesús Molina, vicepresidente del Grupo EPDA
La existencia de parcelas de cultivo, ya sean de olivos, almendros o carrascas truferas y en menor medidas las de frutales y hortalizas, han servido de límite de protección para evitar que el fuego se extendiera a través de ellas hacia otros espacios forestales.
Así lo señalaba Paco Ribelles, director de Agro de la Cooperativa de Viver que ayer mismo recibía uno de los premios 9 de octubre de la Generalidad Valenciana en su calidad de Distinción al Mérito Empresarial y Social.
Ribelles destaca que “en el incendio del Palancia hemos podido ver la importancia que tiene la agricultura en estos casos porque Viver tiene terrenos con cultivos desarrollados que han supuesto una barrera importante para la propagación de las llamas”.
Viver ha padecido graves daños en la masa forestal del entorno. En el total de los socios de la Cooperativa ha tenido una afección directa de 175 parcelas con una superficie de 70 has. de cultivo, lo que según una valoración realizada tras la extinción del fuego calculaba en 716.000 euros los daños económicos en el sector agrícola.
Los cálculos apuntan a más de 80.000 kg de producción perdidos, principalmente de olivas (44.163 kg) y almendras (38.288 kg), a los que se suman otros cultivos como nogales, cerezos, manzanos, viñedos y hortalizas. En total se han contabilizado 7.468 almendros y 2.283 olivos quemados, repartidos en 175 parcelas ubicadas en Viver y otros municipios próximos como Torás, Bejís y Teresa, y cuya superficie conjunta alcanza las 66 hectáreas.
Solo en el municipio de Viver se quemaron 1.332,76 hectáreas según datos de la unidad de Prevención de Incendios Forestales de la Generalitat Valenciana, lo que representa un 26,7% de los casi 50 km2 de la superficie total del municipio. La citada cuantía económica contempla el valor de las pérdidas ya generadas para los próximos tres años, durante los cuales los árboles irán recuperando la producción muy paulatinamente. Se estima que será en 2025 cuando, tanto olivos como almendros, puedan volver a unos niveles rentables de productividad.
“Nosotros –señalaba el director de Agro- tenemos una actividad agraria importante: hemos crecido un 4% en la actividad cuando la tendencia general en España es a la baja y nuestro objetivo es seguir plantando, seguir ampliando siempre con la referencia de la calidad, recuperar las zonas que han quedado calcinadas y buscando la mayor rentabilidad de los productos agrícolas que tenemos”.
La agricultura en Viver representa un verdadero motor económico, cuyo valor directo asciende a cerca de 6 millones de euros anuales, lo que supone un promedio de 4.125€ anuales por hectárea. Precisamente un sector primario vivo y sostenible en los pueblos y entornos rurales, capaz de generar una economía justa y estable alrededor de sus productos agrícolas, representa una barrera contra el fuego gracias a la diversidad que proporciona al ecosistema frente a paisajes homogéneos, los cuales actúan como combustible en los incendios.
“Nuestra política –concluye Ribelles- es que el agricultor diversifique los cultivos y de esa forma cuando llega un año malo para cualquier producto, pueda defenderse con los demás”.