JUAN BENITO RODRÍGUEZ MANZANARES. /EPDA
La ciudad de Valencia fue una ciudad amurallada prácticamente desde
su nacimiento en 138 a.C. hasta 1865.
Gracias al historiador romano Cayo Salustio Crispo (86 a. C.-¿?),
sabemos que, en las guerras civiles entre Cayo Mario (157 a. C.-86 a.
C.) con Quinto Sertorio (122 a. C.-72 a.C.) al frente y, los
optimates de Lucio Cornelio Sila Félix (138 a .C-78 a. C.), llamadas
Guerras Sertorianas, los optimates derrotaron a las tropas de
Sertorio en el 75 a. C al pie de las Murallas de Valencia. Y la
última muralla que tuvo la ciudad de Valencia, la cristiana, obra de
Guillen Nebot, se comenzó a construir en 1356, finalizando su
construcción en 1370, acabando por ser derribadas en 1865.
Exactamente el primer golpe de piqueta para su demolición, se
realizó el 20 de febrero a las 16:20 horas.
Pero entre ambas, por orden de Abd al-Aziz ibn Musa ibn Nusair
(¿?-716), se construyó la muralla árabe, iniciándose la misma en
1021 y concluyéndose en 1061. Esta muralla tenía diversas puertas
en todo su perímetro, y tras ser conquistada la Valencia musulmana
por segunda vez, (la primera vez que Valencia le fue arrebatada a los
musulmanes lo hizo Rodrigo Díaz de Vivar (ca 1048-1099) llamado «el
Cid Campeador» el 17 de junio de 1094), cosa que hizo el rey Jaime I
(1208-1276) llamado «el Conquistador» en 1238, los moros que
quisieron quedarse en la ciudad cristiana de Valencia, se asentaron
extramuros en lo que hoy sería el lugar que ocupa el Mercado de
Mosén Sorell y alrededores. Y para que hubiera un paso continuo
entre la morería y la ciudad amurallada con la muralla árabe, junto
a la Puerta de la Culebra se abrió un pequeño agujero en la
muralla, y este fue lo que hoy en día se conoce como «El Portal de
la Valldigna» («El Portal del Valle digno»), el cual hoy se
encuentra en la calle del mismo nombre en el corazón del tradicional
barrio «Del Carmen».
La puerta física de madera que tuvo el portal, fue eliminada en 1400
para favorecer aún más el tránsito de una a otra parte, pues mucho
más allá de esta muralla, ya estaba totalmente construida y
funcional la muralla cristiana.
El vano del portal que ha llegado hasta nuestros días, está
construido por un arco de medio punto realizado con sillares y en
estilo gótico valenciano, que cuenta con un ligero avance en sus
impostas. Al pasar por el interior de este vano, podemos comprobar el
grosor que tuvo la muralla musulmana de Valencia, aproximadamente
unos dos metros.
El nombre del portal le viene dado por el hecho de que, desde 1319,
está documentado que existió la casa procura del abad del Real
Monasterio de Santa María de la Valldigna, la cual se encontraba
frente al portal, llamada «Casa de la Valldigna», hoy tristemente
desaparecida, y por afinidad con esa casa, el portal se llamó «de
la Valldigna». Hay que comentar que el citado Real Monasterio se
encuentra en Simat de la Valldigna, un pequeño municipio en la
comarca de la Safor a unos 64 km. de donde se encontraba la casa del
abad.
En el lado del portal que, en los tiempos de vigencia de la muralla,
sería extramuros de la misma, encontramos un retablo policromado,
que data de la década de 1960 que el Ayuntamiento de Valencia
encargó al artesano Vicente Rodríguez Peñalver, el cual vino a
reemplazar al original colocado en 1598 dedicado a la Santísima
Virgen. En este retablo podemos ver al rey Jaime II (1267-1327)
llamado «el Justo», (hay quien afirma que es el rey Jaime I), en el
acto de entrega de las tierras a los monjes para que se construyera
en ellas el Real Monasterio de Santa María de la Valldigna, y de
ello da fe una leyenda que reza:
«Esta vall per a la vostra causa»
(«Este valle para vuestra causa»)
En la parte superior del retablo hay una representación de la Virgen
María flanqueada por dos escudos, a su derecha el de la ciudad de
Valencia y a su izquierda el del citado Real Monasterio. En la
actualidad, este retablo está cubierto por una lámina transparente
para su protección ante cualquier acto vandálico.
Visto el retablo de frente, a su derecha encontramos una leyenda que
dice:
«Nostra Dona de la Bona Son, pregue por nos. Portal de Valldigna».
(«Nuestra Señora del Buen Sueño, ruegue por nosotros. Portal del
Valle digno»)
El dueño de las casas adyacentes adquirió la parte superior del
portal, y en ella, en 1678, construyó un piso, ampliando con ello su
propia vivienda. Mas, n 1944 el director de Bellas Artes, Manuel
González Martí (1877-1972), declaró al Portal de la Valldigna,
Monumento Histórico-Artístico, para evitar su desaparición, ya que
sus propietarios querían demolerlo.
El portal se ha restaurado en varias ocasiones, siendo la última de
ellas la que se realizó en 1965.
Muy cerca de este portal, se instaló la primera imprenta de España,
cuyo dueño era Jacobo Vitzlán, pero la dirigía el alemán Lambert
Palmar (1440-¿?) y en esa imprenta, en 1474, se imprimió el primer
incunable impreso en España escrito totalmente en lengua valenciana:
«Obres e trobes en Lahors a la Verge Maria»
(«Obras y trobas en Alabanza a la Virgen María»)
Y para que quede constancia de este hecho histórico tan
significativo, en 1874 se instaló una lápida conmemorativa en la
que se puede leer:
«Introductores en Valencia del Arte civilizador de la imprenta»
Otro hecho insólito que ocurrió junto al Portal de la Valldigna fue
que el 24 de febrero de 1409, el Padre Jofré vio como un grupo de
niños apedreaban a un joven loco, y como no podía ser menos, salió
en su defensa. Dice la leyenda que cambió el sermón de ese domingo
y que, con ello, encontró los apoyos suficientes para construir el
primer manicomio del mundo, el cual se construyó el mismo 1409 con
el nombre de:
«Hospital dels inocents, dels folls i dels orats»
(«Hospital de los inocentes, de los locos y de los orates»
Este hecho lo plasmó magistralmente Joaquín Sorolla en 1887, en un
cuadro llamado «El Padre Jofré protegiendo a un loco». Y Lope de
Vega lo inmortalizó en su obra de teatro «Los locos de Valencia»,
de la cual transcribo un breve pasaje.
«Oíd: que habéis de haceros tan furioso,
que todo el mundo por furioso os crea.
Tiene Valencia un hospital famoso,
adonde los frenéticos se curan
con gran limpieza y celo cuidadoso».
Si tienes oportunidad, no dejes de ver este pequeño pedacito de la
historia valenciana.
Valencia es sinónimo de historia cristiana y musulmana.
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