El alumnado de Altura muestra su mención de honorEl proyecto. denominado "Producción de aceite y cambio
climático" trabajado por el alumnado de 5º de primaria, y presentado a la
convocatoria de Detectives del Clima de la ESA, ha quedado finalista y ha
recibido una mención especial.
Se trataba de que los alumnos y alumnas asumieran el papel de detectives climáticos mientras aprendían sobre el medio
ambiente y el clima de la Tierra.
Un resumen de este proyecto señala que los alumnos querían investigar
”los cambios en las condiciones
meteorológicas de los últimos años y cómo han afectado al cultivo de los olivos
y a la producción de aceite en nuestro pueblo.
Con el cambio climático, ha aumentado la
temperatura global y han cambiado los fenómenos meteorológicos extremos como
las olas de calor, las heladas, las sequías… Las lluvias se están acumulando en
periodos más cortos y los periodos de sequía son mucho más largos.
Para realizar nuestra investigación, buscamos
información y hablamos con la gente de nuestro entorno especializada en el
cultivo y la producción de aceite, visitamos las almazaras, observamos los
registros de los que dispone la población, elaboramos tablas y gráficas con la
producción de aceite de los últimos años para poder comparar. Nos reunimos con
una experta en plagas y enfermedades de los árboles. Nos pusimos en contacto
con una experta de Detectives Climáticos de la ESA. Realizamos un estudio del
clima a través de los datos facilitados por la Agencia Española de
Meteorología, también hemos utilizado Google Earth, Global Surface Water,
Corine Land Cover (Satélite Copernicus, EO Broser y Sentinel para tener una
visión satélite de nuestra ubicación, mostrar los índices de vegetación,
índices de humedad, capas de vegetación y campos de cultivo de olivos,
realizamos una comparación de las imágenes de satélite de los campos de olivos
de la población, de la actualidad y del pasado, para cotejar datos y extraer
conclusiones”.
Así se llega la conclusión que “el
olivo es resistente al calor pero las altas temperaturas y la baja humedad en
plena floración hacen que la flor se deshidrate y se pierda la futura aceituna.
Hemos
podido comprobar que el promedio de precipitación anual apenas ha variado en
los últimos años pero si hay un cambio en los periodos de precipitación, lo que
influirá negativa o positivamente según la etapa fenológica en que se encuentre
el olivo. Esta “mala distribución” de las precipitaciones reduce la cantidad de
lluvia “aprovechable” para los cultivos. Las lluvias torrenciales erosionan el
terreno y además es agua que “se pierde”, por otro lado los largos periodos de
sequía hacen que el olivo no tenga el agua que necesita para su desarrollo y
crecimiento.
Otra
de las evidencias que hemos observado es el cambio en las temperaturas. Según
los datos proporcionados por la AEMET, en los últimos años si nos fijamos en
las variables: días de temperatura máxima igual o superior a 25ºC y días de
temperatura máxima igual o superior a 30ºC observamos temperaturas que no son
propias de cada estación.
La floración del olivo es susceptible a la temperatura, la floración del olivo
se produce a finales de abril y primeros de junio, estas olas de calor y la
sequedad ambiental tienen un efecto negativo en el cuajado de los frutos del
olivo, ya que se produce la caída de la flor antes de cuajar, esto acompañado
de lluvias continuadas durante la primavera también afectan negativamente.
Tras el análisis de los datos pudimos extraer nuestras conclusiones: el cambio climático
es más que evidente, el aumento de las temperaturas y los cambios en
precipitaciones afectan negativamente al cultivo del olivo en nuestra zona.
Entre todos y todas debemos hacer algo para mejorar la situación”.
“El clima de nuestro
planeta está cambiando. Con este trabajo hemos podido comprobar cómo estos
cambios en el clima afectan a nuestro entorno, a nuestro medioambiente, a la
economía, a la salud y la vida cotidiana.
Tras leer mucho sobre el tema y contactar con
diferentes expertos estamos convencidos que la solución es apostar por sistemas
de producción sostenibles.
Algunas cosas que podemos hacer respecto a los
cultivos son:
Hacer uso de métodos tradicionales que
protejan el suelo por ejemplo pastos o algunos cultivos leguminosos que evitan
la erosión además de mantener la humedad del suelo.
Proteger la biodiversidad. Si protegemos la
biodiversidad, mejoramos el ciclo de la vida, los insectos polinizadores…
Hacer uso de infraestructuras modernas para el
aprovechamiento del agua, por ejemplo, que se traten las aguas residuales para
su uso en el cultivo.
Investigar qué variedades de olivos son más
resistentes.
Como consumidores, elegir aceitunas y aceite
producido de manera sostenible y respetuosa con el medioambiente.
Todos y todas podemos contribuir a detener el
cambio climático mediante acciones cotidianas como:
Ahorrar agua, ahorrar energía, movilidad
sostenible, consumo local y sostenible y reducir, reutilizar y reciclar”.
Es de
señalar que la mayoría de proyectos presentados al concurso son de institutos. Como veréis el proyecto está
publicado con la etiqueta “Highlighted project” (Proyecto destacado). El CEIP
Virgen de Gracia es el único CEIP de la Comunidad Valenciana que se ha
presentado a la convocatoria.
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