Representantes de ÔriwaMiembros de la Coordinadora NO
a la MAT Camp de Turia - Alto Palancia y de la plataforma Ôriwa entre otras
organizaciones y colectivos que han sumado varios miles de personas, han
participado este sábado en la manifestación que ha recorrido Valencia para exigir unas energías renovables éticas y
sostenibles, que no supongan llenar el campo de cables y torres que matan aves
y provocan la tala de árboles, así como gravísimos impactos ambientales.
Convocada por la
Coordinadora Valenciana por una Ubicación Racional de las Energías Renovables,
que aúna a 50 asociaciones sociales de 40 municipios, y bajo el lema
"Renovables sí, pero no así", la marcha ha salido a las 12 del
mediodía del Palacio de Justicia para recorrer las calles del centro de la
ciudad.
Vestidos de negro con
crespones verdes, y con ramilletes de olivo algunos de ellos, los manifestantes
denuncian que los macroplanes eólicos y fotovoltaicos programados eligen
lugares que interesan sólo a grandes empresas y fondos, sin consenso con los
ciudadanos, despilfarrando subvenciones que benefician a los promotores y
perjudican a los pueblos.
En declaraciones a EFE
varios representantes de estas asociaciones han afirmado que están a favor de
las renovables, pero "no a cualquier precio".
Los convocantes
consideran que el actual modelo de transición energética es un
"fraude", pues promotores y fondos de inversión "eligen los
lugares más baratos del interior, sin analizarlo con los ciudadanos y trasladan
la energía decenas de kilómetros plagando de cables y torres los montes".
En este sentido, han
pedido que se paralice el modelo planteado por el Ministerio de Transición
Ecológica y Reto Demográfico y por la Generalidad y que se apueste por unas
energías renovables "éticas de verdad".
Demandan que se haga
una planificación real, basada en la eficiencia y el ahorro, que respete los
ecosistemas y las zonas protegidas, con planificación territorial y
participación ciudadana.
Rechazan el actual
modelo porque "está creando una burbuja especulativa que destruye la
economía local y los paisajes, en connivencia con las administraciones que resuelven
rápido y mal, sin evaluación ambiental, y además aportando fondos públicos de
todos los ciudadanos".
Denuncian que las
zonas de producción se planean en entornos rurales porque los terrenos son más
baratos y la rentabilidad es mayor, lejos de las urbes de gran consumo de las
ciudades, donde, a su juicio, se podrían crear energías renovables reales
integradas sin causar daños ni efectos estéticos con los últimos avances
tecnológicos.
La Coordinadora
Valenciana por una Ubicación Racional de las Energías Renovables denuncia
además el "despilfarro de cientos de millones de subvenciones públicas que
sólo benefician a unos pocos promotores y fondos de inversión y perjudican a
los pueblos, generando confrontación".
El escultor Miquel
Navarro ha compartido pancarta en la cabecera de la manifestación con los
miembros de la Coordinadora, donde ha advertido de que "el pan de hoy puede
ser el hambre de mañana".
El autor de esculturas
como "El Partoret" o la conocida como "Pantera Rosa" de
València, ha presentado alegaciones al plan eólico de la Zona 9 que pretende
rodear con 10 molinos, una subestación y una maraña de cables el museo al aire
libre que está creando en Siete Aguas.
A la manifestación ha
acudido también la consellera de Transición Ecológica, Isaura Navarro, quien ha
apoyado una protesta que reivindica cuidar del territorio, de la tierra y de la
agricultura, que es lo que, según ha dicho, está haciendo el Consell.
Ha defendido que desde
el Gobierno valenciano se trabaja para invitar a las empresas a que instalen
los parque eólicos o fotovoltaicos en las llamadas zonas de desarrollo
preferente, que son espacios degradados donde no se produce un perjuicio al
territorio.
"No queremos que
vayan a zonas protegidas, parque naturales o zonas de valor agrícola elevado.
Se trata de encontrar el equilibrio entre la necesidad de apostar por esa
energía limpia, y al mismo tiempo, seguir cuidando nuestro territorio", ha
afirmado.
Manifestantes con ramitas de olivo
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