Judit Polgar en la exposición del comic del segorbino Francesch Vicent La fecha del 15 de mayo no sólo
merece considerarse como la más importante en la historia del ajedrez, también
sería digna de una declaración internacional ya que este mismo día de hace 527
años se publicó en Valencia el primer libro de ajedrez, con las nueva reglas
del llamado ajedrez moderno o de la reina, imperante hoy en todo el mundo.
Por este motivo Valencia ha
podido conmemorar la fecha con la presencia de la campeona húngara Judit
Polgar, considerada la mejor jugadora de ajedrez de la historia.
Con esa misma fecha la ciudad
de Segorbe también tiene un compromiso y un protagonismo especial ya que el
autor de ese primer libro publicado sobre ajedrez, Francesch Vicent, nació en
la capital del Palancia.
Y también la relación de ese
incunable con el autor se ha hecho ver con la presencia de Polgar a través de
una exposición de ilustraciones de un comic realizado por el Club
Ajedrez Alto Palancia y Balagium Editors, con la colaboración del Ayuntamiento
de Segorbe, y coordinada por Miguel Ángel Malo Quirós, contando con el
especialista José A. Garzón para la documentación histórica y guión, y con
Daniel Salvador como ilustrador y diseñador.
EL INCUNABLE
Fue
el 15 de mayo de 1495 cuando este incunable salía de las prensas valencianas
del impresor alemán Lope de la Roca bajo los auspicios del librero Pere
Trincher. Su autor, Francesch Vicent, escribió su trabajo en valenciano y lo
tituló “Libre dels jochs partits dels
scachs en nombre de 100…” (Libro de los juegos y partidas del ajedrez en
número de 100)
El libro, del que en
la actualidad no se conoce el paradero de ningún ejemplar, está considerado
como el santo grial del ajedrez y no sólo porque es en realidad el primer libro
de ajedrez impreso, sino porque en él aparecen las nuevas normas del juego que
desde entonces se han seguido y que en la actualidad siguen vigentes en todo el
mundo.
El libro de Vicent,
gracias a la imprenta, supuso la divulgación y la generalización de las nuevas
directrices del juego, sustituyendo al viejo ajedrez llamado árabe o ‘del
viejo’, siendo paradigma de otras publicaciones posteriores como las de Lucena
(Salamanca, 1497) y Damiano (Roma, 1512).
Segorbe tiene el
honor de ser la ciudad natal de este ajedrecista perteneciente a una familia,
los Vicent, de condición judeo-conversa, cuyo apellido aparece repetidamente
entre los cargos del Consejo Municipal de la capital del Palancia (un Francisco
Vicent que podría ser padre del ajedrecista aparece como justicia de la ciudad
por el 1500 y otros con el mismo apellido tuvieron cargos de jurados y
consejeros).
Precisamente su condición
de converso pudo influir en la desaparición del libro a causa de la persecución
de la Santa Inquisición hacia los ‘cristianos nuevos’ y todas sus publicaciones
del contenido que fueran, así como por las leyes prohibitivas de los Reyes
Católicos hacia los juegos que generaban apuestas y el ajedrez lo era.
Sea como fuera, lo cierto
es que en el siglo XIX todavía se conocía la existencia de un ejemplar en la
biblioteca de la abadía benedictina de Montserrat, en Cataluña, donde pudo
arder por un incendio ocurrido en 1834 como consecuencia de la desamortización.
Otros autores indicaban la existencia de otro ejemplar en la Biblioteca
Comunale de Sienna (Italia), pero el único indicio que todavía sigue latente es
la venta de un volumen a principios del siglo XX por parte de un bibliotecario
de viejo catalán a un magnate estadounidense coleccionista de libros de ajedrez.
La principal novedad
técnica que introduce el tratado de Vicent es la aparición de la reina como la
pieza más potente del tablero, sustituyendo al viejo alferza que había dejado
al ajedrez como un juego anodino. La dama o reina, a la que se adjudican nuevos
movimientos, como los de la torre y el alfil, va a despertar de nuevo el
interés por el juego.
Y todo ello lo dio a
conocer mediante la imprenta un ajedrecista de Segorbe que hace más de cinco
siglos propició la universalización del nuevo ajedrez y que gracias a él, una figura
femenina con todo el significado que de poder tiene la pieza, pasó a ser la más
importante del tablero.
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