Un enclave excepcional de la cultura íberaEl Ayuntamiento de Soneja continúa con su labor de recuperación y puesta en valor del patrimonio histórico local con una nueva intervención en el Yacimiento de la Rocha Carlos, uno de los enclaves arqueológicos más significativos de la comarca del Alto Palancia. Gracias al trabajo técnico y de gestión del consistorio, se ha obtenido una subvención autonómica que permitirá acometer la primera fase del plan director de las obras de conservación y protección , las cuales están valoradas en 39.600 euros.
Los trabajos se desarrollarán durante los próximos meses en el emplazamiento de la Rocha Carlos y tienen como objetivo preservar los elementos más destacados de este espacio, entre los que sobresalen una torre de vigilancia construida con grandes sillares en seco, restos de muralla, un foso y diversas estructuras domésticas. El plazo de ejecución, que será de dos meses, finalizará en el mes de octubre.
Un enclave excepcional de la cultura íbera
Situado sobre un pequeño cerro cerca de la partida del Jállar, el yacimiento de la Rocha Carlos está declarado Bien de Interés Cultural y se encuentra en suelo No Urbanizable de Especial Protección, según el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos. Su valor reside en la conservación de estructuras defensivas propias de un poblado ibérico fortificado, algo único en Soneja y su entorno.
Las investigaciones arqueológicas realizadas hasta la fecha han documentado abundante material cerámico, además de muros, estancias, un foso perimetral y otros elementos que evidencian su uso habitacional y militar durante la época íbera.
Compromiso con el patrimonio y la historia local
Soneja alberga una gran riqueza patrimonial, con yacimientos arqueológicos que abarcan desde el Paleolítico hasta la época íbera. Entre ellos, destaca el conjunto formado por el Alto de Soneja, el Churro, el Picarcho o la Fuente de Escalas, entre otros. Sin embargo, la Rocha Carlos destaca por su singularidad arquitectónica, siendo el único con torre conservada.
Con esta intervención, el Ayuntamiento reafirma su compromiso con la protección del patrimonio cultural, no solo como elemento identitario, sino también como motor de dinamización territorial y educativa. De hecho, en 2023 ya se llevó a cabo la recuperación de los refugios antiaéreos de la Guerra Civil situados en el barranco Melón.
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