Jaime Pascual Pascual, alcalde de L"Alqueria d"Asnar/EPDA Es muy difícil opinar de algo sin pensar en el sufrimiento desgarrador de tantas mujeres y hombres que están sufriendo en sus carnes y en la de sus allegados el azote implacable de la pandemia del Covid-19, así como de aquellas vecinas y vecinos, amigos y amigas que nos han dejado sin que esta sociedad haya podido hacer nada para evitarlo.
Yo como político, me pongo el primero en asumir como un fracaso personal, pero también colectivo, de que entre todos no pudiésemos conseguir parar antes esta pandemia, ahora que hace un año del primer fallecimiento, en
nuestra Comunidad Valenciana aun seguimos empeñados en no reconocer nuestro fracaso, primero los que legislamos y segundo los que tenemos que cumplir lo legislado. Ahora parece ser que nos hemos dado cuenta de que con sentido común y responsabilidad colectiva podemos derrotarlo, sigamos responsablemente este camino, no hay otro que nos permita aquello tan precioso y necesario que es respirar. Hablando de un órgano tan preciado y necesario que son los pulmones, también me gustaría opinar de otro pulmón que es el interior de nuestra provincia de Alicante, nuestras montañas, nuestros paisajes, nuestros entornos, nuestros bonitos municipios que ahora, si cabe, para poder defenderse de esta pandemia se han tenido que cerrar en sí mismos para poder protegerse del virus que siempre viene de fuera. Pero como sabemos que esto va a pasar y que algún día se va acabar, necesitaremos este aire fresco cargado de oxígeno que son los municipios de nuestro interior y desde ellos, quiero opinar y reivindicar que la unidad de cuidados intensivos, para que no enfermen, ya que son de riesgo máximo, necesita del apoyo urgente de las administraciones superiores.
No es posible, el retraso que desde la Diputación se lleva en la ejecución de las obras, un mínimo de dos a tres años, porque al enfermo que se llama economía no aguanta. Hay que hacer un diagnóstico y declarar todos los planes de inversión de urgencia máxima, así se podría evitar la pérdida a través de una hemorragia constante de una parte importante de esta pequeña, pero tan necesaria economía que conforman las pequeñas y medianas empresas y los autónomos. Estas, son las que sustentan el gotero tan necesario en nuestra economía. También está la obligación
de exigir tanto a la Diputación como a la Generalitat que se pongan de una puñetera vez de acuerdo en consensuar algo tan importante, tan básico y necesario como el Fondo de Cooperación Municipal y diseñar entre otras cosas
un plan o proyecto o como quieran llamarle, de turismo, que no solo abarque a los municipios con denominación turística sino a todos, para empujar y ayudar como es nuestra obligación como sociedad a las personas.
Porque sin personas no hay economía. Esta es mi humilde opinión.
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