Sobrevivir a una pandemia como la inesperada desde el año 2020, marca la vida de las personas y de las instituciones. No resulta fácil olvidarlo todo y empezar de nuevo, nos decía José Luis Perales en una de sus canciones de los años ochenta, pero mucho más complicado es volver a empezar después de cerrar las puertas y estar dos años sin poder atender a los alumnos que cada día acudían a familiarizarse y abrazar la música como esa actividad importante capaz de llenar de ilusión los momentos de tristeza.
La música habla, donde las palabras no llegan, pero cuando a causa de una pandemia hay que cerrar las puertas, abrirlas de nuevo no solo es un reto sino que es motivo de esperanza y causa de ilusión.
La familia “Virtuosos” celebraba todos los acontecimientos que marca el calendario, sumaba a cada fiesta la música, la armonía, la felicidad de compartirla con profesores y alumnos. Ya casi nadie se acuerda pero el mensaje fue contundente:
“Así se quedó nuestra falla de 2020... Como todas, plantada y sin fiesta. Era una falla muy especial para nosotros, ya que conmemoraba los 10 años de ilusión en este proyecto, había fotos muy emotivas y divertidas de los alumnos durante el paso de tiempo.
Por desgracia no la pudimos disfrutar como merecía pero al menos que quede en el recuerdo de todo este mal sueño que empezó hace ya dos años.”
Ese mensaje sigue vivo, aunque hoy los “Virtuosos” de Valencia, anuncian que vuelven a abrir sus puertas, que la vida renace con melodía, con acordes musicales, que después de los tiempos de silencio, vuelven las notas en Sol o en La mayor, porque vuelve a salir el sol, la puerta se vuelve a abrir y los jóvenes alumnos volverán a disfrutar de esa escuela de música que llenará de armonía el estudio de los educandos. Es un reto asistir a una escuela sensible a los problemas del mundo y una escuela conectada con la vida.
A partir del lunes 20 de junio empieza la Matrícula para el curso 2022-23, atrás quedó el 2020 y ya miramos el 2023, a nadie nos pasa desapercibida la secuela y el silencio que ensombreció nuestras vidas. Pasó el compás de espera y la ilusión envuelve el momento. Aquellos que guardaron sus instrumentos, sus libros de solfa, sus entretenidas partituras, es la hora de desempolvar los métodos y motivarse con los mejores virtuosos de la música, porque si algo necesita hoy nuestro mundo es el ritmo de una buena música y los acordes de los mejores instrumentos, sin olvidar la dulzura de las voces mágicas que dan vida a la música.
En junio es una buena motivación preparar el nuevo curso y más cuando la motivación es musical.
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