La secretaria delegada de Organización de Ciudadanos (Cs) en la Comunitat Valenciana, Teresa Ortiz El Gobierno en el Ayuntamiento de Valencia y el de la Comunidad Valenciana han tenido esta legislatura de 2019 a 2023 un muy mal inicio común: la presunta corrupción familiar vinculada a los principales líderes políticos.
Por una parte, en lo relativo a la estafa de los cuatro millones de euros a la EMT de Valencia. Gracias al trabajo de oposición de Ciudadanos en el consistorio, se pudieron demostrar las contrataciones de la EMT con la empresa jurídica propiedad del cuñado de Joan Ribó, llevándose a término una comisión de investigación e innumerables sesiones plenarias donde Cs, con datos demostrables, arrinconó al extremo al alcalde. Esta presión política, mediática y social propició la dimisión del abogado-asesor de la EMT y el cese del gerente de la empresa.
Por otra parte, a nivel autonómico, desde la oposición se denunció el caso del hermano de Ximo Puig y se está haciendo un seguimiento político exhaustivo del mismo. Este caso tiene muchas ramas y, en julio de 2021, se pudo leer en muchos medios de comunicación que la Guardia Civil había estado estrechando aún más el cerco alrededor del hermano de Puig y sus vínculos políticos.
Poniendo el foco en el Gobierno de la Comunidad Valenciana, el caso del hermanísimo del presidente ha centrado una parte importante de la agenda política y ha lastrado y manchado de manera significativa la legislatura, obviamente en contra del mínimo prestigio que aún le podría quedar al PSPV. Este partido, que vuelve a cogobernar con Compromís y Podemos estos cuatro años, también tiene otro foco de corrupción importante en el caso Azud, vinculándose a nivel urbanístico con el Ayuntamiento de Valencia y a nivel de las Cortes Valencianas con el escándalo que ha supuesto la intención del síndic socialista, Manolo Mata, de poder acabar defendiendo a implicados en el proceso. En este asunto, Ciudadanos ha demostrado una vez más que viene y que está para regenerar las instituciones, a través de la petición de una Comisión de investigación en el Parlamento valenciano.
El desgobierno de Ximo Puig en esta pésima legislatura no sólo se cierne a la presunta corrupción, por desgracia personificada y cronificada en las instituciones históricamente por PP y PSOE, sino que se extiende a demasiadas áreas de su gobierno. Puig, como presidente de la Generalitat Valenciana, es el máximo responsable final de avalar la política claramente pancatalanista y de ingeniería social del señor Marzà en materia de educación en el Consell.
Así mismo, es también responsable de la política de vivienda bolivariana y hasta inconstitucional del señor Martínez Dalmau, de Podemos, que ha transformado el digno derecho a la vivienda de los más desfavorecidos en un universo propio de intervencionismo y de asalto a la propiedad privada sin precedentes en la historia de España. Igualmente, la responsabilidad final de tapar la incapacidad de la señora Mónica Oltra en materia social y de no pedirle públicamente cuentas de su inacción y desastres continuos, es de Ximo Puig.
Otra cuestión en la que el presidente es también plenamente responsable es en haber hecho retroceder al turismo valenciano durante el tiempo de pandemia, un sector que ha pasado de estar en las primeras posiciones de España a casi quedar en la cola de las comunidades autónomas. Además, en materia empresarial e industrial, el 'Molt Honorable President' presenta un balance paupérrimo. De hecho, el Gobierno autonómico está siendo continuamente empujado por la oposición y concretamente por Ciudadanos, mediante múltiples iniciativas, para que los consellers de cada ramo hagan algo en materia de desarrollo de sectores, ayudas e innovación.
En lo concerniente a este repaso por las diferentes áreas de Gobierno, en lo relativo a la gestión sanitaria de la pandemia, ha habido claroscuros en las decisiones de Ximo Puig, si bien, las últimas medidas acordadas fueron rápidas en favor de la salud colectiva de los valencianos, bajando la tasa de contagios. También fue rápida y correcta su actuación de cierre de las reservas naturales ante la inusitada ola de calor de hace unos días. No obstante, en este año y medio de pandemia, en términos generales, a Puig le ha faltado cercanía y aportar soluciones rápidas y efectivas a los sectores económicos más afectados, como el ocio, la hostelería, el sector hotelero, el artesanal, el de fiestas, los eventos, las peluquerías, los taxistas, los autónomos de servicios generales y el resto del terciario vinculado al turismo, entre otros con un mayor impacto.
En este breve repaso, no quiero obviar tampoco el fracaso y desastre del presidente en lo concerniente a su propia responsabilidad intransferible de ser la principal cara visible y locomotora en materia de infraestructuras clave para la Comunidad Valenciana, en sus cuatro facetas: la obtención y reclamación de fondos, la captación de proyectos y la ejecución en plazo convenido. Además, como ya reseñé hace dos semanas, en materia de financiación autonómica, Ximo Puig se ha equivocado gravemente cuando, lejos de reclamar lo que es justo para nuestra comunidad y de liderar procesos de homogeneización de medidas positivas fiscales para todo el país, se dedicó a atacar a la Comunidad de Madrid, haciéndole una innecesaria campaña gratuita a Ayuso.
No se dejen engañar. Detrás de la apariencia de hombre afable, con cierta capacidad negociadora y con dotes para llevar a cabo lo que se denomina en el argot político "fontanería" dentro de su propio partido, el PSPV, nos encontramos con un presidente de la Comunidad Valenciana que no está llevando bien a término su cometido, no está gestionando de manera adecuada y, en consecuencia, en lo relativo a esta legislatura, va a hacer perder a los valencianos estos cuatro años clave para su futuro, empobreciéndolos y haciéndoles la vida más difícil. Justamente, el cometido contrario que debe tener un político en el servicio a la ciudadanía.
Para que en la Comunidad Valenciana se ponga fin a estos cuatro años de pérdida económica, social y de prestigio de nuestro territorio,que están trayendo Puig y el tripartito de izquierdas actual con su desgobierno, en unas próximas elecciones, quizá incluso adelantadas, los valencianos podrán tener la opción de elegir un proyecto nuevo y regenerador de la mano de Ciudadanos, que traerá prosperidad, libertad, riqueza y prestigio de nuevo a nuestra Comunidad Valenciana, la cual amamos profundamente desde nuestro partido. Les pedimos confianza en nuestro proyecto. No les defraudaremos.
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