Consultorio médico de ZucainaEl interior de la provincia “está lleno de vida y merece la mejor
asistencia sanitaria que proteja a la población”. Es el mensaje de dos pueblos
de la comarca del Alto Mijares, Zucaina y Espadilla, cuyos alcaldes reclaman
una mayor cobertura sanitaria y recursos y equipamientos “que permitan prestar
a nuestros vecinos la atención médica óptima que merecen”.
En Zucaina, un pueblo que apenas supera los 170 habitantes pero
que triplica su población en verano, “hemos visto en los últimos años como se
recortaba el número de días de asistencia médica y de enfermería, así como las
horas”. Lo comenta Ana Julián Benages, alcaldesa del Ayuntamiento de Zucaina,
quien estima que “con solo dos horas los días en que hay visita de sanitarios
resulta muy complicado poder atender a la totalidad de la población que
necesita asistencia. Y es mucha, puesto que hay un gran porcentaje de gente
mayor”.
Y precisamente es este perfil, “el de nuestros mayores, el más
vulnerable”. Porque, tal y como indica la alcaldesa, “en la mayoría de los
casos no tienen posibilidad de desplazarse hasta los centros de urgencias, que
en nuestro caso son Villahermosa del Río o Lucena del Cid, ambos a más de 30
minutos en coche”.
Este es un problema idéntico al que sufre Espadilla. Su alcalde,
Vicente Domingo, explica que la asistencia médica solo se presta dos días por
semana, los lunes y los miércoles, “y con un horario muy reducido”. “Para
quienes intentamos hacer frente a la despoblación, resulta muy complicado.
Máxime si tenemos en cuenta que la dotación de los ambulatorios es muy
precaria, los medicamentos son muy limitados y no podemos siquiera hacer un
electrocardiograma”.
También Domingo lamenta que no se refuerce “a quienes menos
recursos tenemos”, porque en la práctica, “se vacían nuestros pueblos cuando se
deberían garantizar servicios para evitar su desaparición”. “Y para ello es
fundamental tener plantillas, dotaciones y equipamientos”. “Tanto instrumental
como informático”, matiza la alcaldesa de Zucaina, “pues los profesionales que
se tienen que desplazar a nuestras instalaciones están en condiciones casi
tercermundistas, con instrumental técnico y ordenadores obsoletos, que junto
con una conexión a internet muy débil, hace casi imposible revisar una
analítica o una radiografía”, explica.
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