Fachada del Tribunal Supremo. /EPDALa Sala II del Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 25 años de prisión para el autor del asesinato, con alevosía y las agravantes de parentesco y discriminación por razón de género, de su pareja en el domicilio común en Borriol en septiembre de 2018 y que busca una reducción de la pena. El condenado, ciudadano argentino, había huido a su país natal tras cometer el asesinato y escapar con una importante cantidad de dinero de la asesinada, pero se entregó a las fuerzas de seguridad española tras temer que unos policías corruptos argentinos le mataran para quedarse dinero.
El trágico asesinato empezó en 2012 cuando el acusado inició una relación afectiva con su víctima que duró seis años. La justicia considera probado que la relación terminó por los repetidos episodios de maltrato que el condenado perpetraba sobre la víctima. En los mensajes de whatsapp que cruzaron asesino y víctima tras la ruptura, el condenado ya advertía a su futura víctima que “me iré de este puto país de interesados, pero tranquila que te arrepentirás de todo”.
El condenado aprovechó que su ex-pareja se había ido de fiesta a un festival celebrado en Benicàssim para abordarla y llevarla hasta su casa, donde después de una discusión, y aprovechando que la víctima estaba afectada por el alcohol, la agredió hasta que cayó a un sofá donde le clavó varias veces un arma blanca de cerca de 50 centímetros. El informe forense considera que la muerte fue lenta y el condenado dejó agonizar a la mujer hasta que falleció.
Al día siguiente, el condenado fue a varias oficinas bancarias, incluida en la que su víctima tenía una cuenta corriente, y vacío todas las cuentas usando cajeros automáticos, después tras decir a su hijo que tenía que irse del país porque “he hecho algo muy fuerte” y entregarle las llaves del piso y la documentación del negocio de cerrajeros que regentaba, huyó de país el 5 de septiembre de 2018 para esconderse en Argentina.
Su huida duró dos meses y medio cuando el propio condenado se puso en contacto con la Guardia Civil para entregarse “por miedo a que la policía argentina le quitase el dinero y le dejasen tirado en una cuneta” (palabras textuales de la condena).
El acusado esperaba que su colaboración pudiera traerle una importante reducción de condena, pero sólo consiguió que el tribunal rebajará 5 años su condena inicial de 30 al considerar que el juez de primera instancia había aplicado un agravante que no se daba en este caso.
Tras esta sentencia el asesino apeló al Tribunal Supremo que finalmente ha desestimado íntegramente el recurso del acusado, que mató a su mujer con un arma blanca, confirmando la agravante de discriminación por razón de género y la alevosía (además de la de parentesco), y considerar inaplicable la atenuante de reparación del daño. El acusado es condenado además a pagar una indemnización de 300.000 euros a varios familiares de la mujer asesinada, la mitad del dinero para el hijo de ésta.
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