Cronica negra de Altura. EPDAEl genealogista e historiador galo, pero de origen alturano François Caron, ha rebuscado entre las hemerotecas españolas, francesas, belgas y suizas, para compilar el pasado más oscuro de esta localidad del Alto Palancia y que la memoria ya había olvidado, o se había silenciado. Un trabajo para aprender a no repetir los errores del pasado, y que está despertando gran interés.
Creo que fue allá por 2021, cuando un tal François Caron, que se presentaba como genealogista e historiador aficionado francés pero de origen alturano, se puso en contacto con varias páginas de redes sociales solicitando ayuda para tratar de estirar las ramas de su árbol familiar, al que debido a la mala transcripción del apellido en el país galo, los avatares de guerras y quemas de archivos, se le había quedado podado, sin que diera ningún fruto su incansable búsqueda sobre su familia española.
Y es que sus ancestros, los hermanos Rodríguez Portolés de Altura, fueron llevados como prisioneros de guerra al norte de Francia durante la Guerra de la Independencia, mientras combatían a principios del siglo XIX contra las tropas napoleónicas en el Batallón de Voluntarios Segorbinos. Allí, una vez liberados, decidieron quedarse y formar una familia de la que François Marcel Gilles Caron es uno de sus descendientes, y cuyo linaje ha trazado hasta llegar a sus parientes de Segorbe y Altura en el trabajo Parientes con los Alturanos y Segorbinos (2023), en el que ha hallado a muchos otros palantinos que permanecieron en Francia tras el fin de las guerras napoleónicas y se establecieron allí.
De ahí su interés sobre la Guerra de la Independencia y sobre el Regimiento de Voluntarios de Segorbe en particular, que ha dado como fruto tres interesantes artículos sobre los Prisioneros de guerra españoles durante el Imperio en el Valle del Lys (Aire-sur-la-Lys y Saint-Venant) (2006), en Saint-Omer, (2007) y en Saint-Venant, (2008).
Con este magnífico currículum detrás, y un par de viajes que realizó a España para conocer en persona el pueblo de sus ancestros, pronto comenzó a establecer los primeros contactos con unos y otros, con amantes de la historia, el patrimonio local y comarcal. Si a esto sumamos su incansable tenacidad investigadora con décadas previas de experiencia entre hemerotecas, archivos y webs especializadas, pronto esta simbiosis de mentes pensantes dieron origen a investigaciones que, gracias a una visión más global e internacional, abrieron muchas puertas para descubrir nuevos documentos publicados allende nuestras fronteras.
En Segorbe, por ejemplo, nos devolvió el recuerdo sobre una fotografía que cobró gran relevancia internacional en su época y hoy casi olvidada, hasta que Carón la recuperó para el Boletín de enero de 2024 del Instituto de Cultura del Alto Palancia en ¿Qué pasó con la fotografía de la luna tomada por Meléndez en Segorbe en 1861?.
En Altura, sus hallazgos fueron claves para la elaboración del libro Nos, infans Martinus, damus et concedimus, La escribania del justicia de Altura, 15 de mayo de 1381, que publicó junto al cronista oficial de la localidad y al catedrático Paco Gimeno Blay en 2023 a través del Ayuntamiento y la Diputación de Castellón. Suyo fue el hallazgo de la carta de Martín el Humano en las colecciones de la Biblioteca Británica, en la cual se basa la elaboración del libro.
También a nivel individual sobre Altura ha publicado la biografía de un comunista huido de la justicia gala y refugiado en Altura, René Ponramon en Francia, Antonio Parramón Ruiz en España: la suerte de un activista comunista francés escondido en Altura (2024), que nos descubrió ya parte de sus dotes y manejo de las hemerotecas internacionales. Este artículo, que descubre a todo un personaje hasta ahora desconocido, iba a formar parte del libro homenaje a Patxi Guerrero, pero quedó fuera de los trabajos escogidos por el ICAP para la antología publicada con tal fin.
De ellas ha logrado extraer las noticias que hablan de los Alturanos del mundo: ubicaciones “Altura” más allá de las fronteras (2024), que a modo de los programas televisivos, ha permitido descubrir que Altura no es única, sino que tiene varias hermanas por todo el planeta, repartidas por varios países de Ameríca, Europa y Asia. Tal vez por eso se dice que cuando vayas a algún sitio, siempre hay alturanos por allí.
Y cuando ya pensábamos que no podríamos sorprendernos más, una exhaustiva, concienzuda y paciente búsqueda por hemerotecas de España, Francia, Bélgica o Suiza, en este 2025 nos ha presentado una Crónica negra de Altura, que hunde sus raíces hasta el siglo XVIII para demostrar que hasta en los más recónditos rincones del mundo tienen un pasado oscuro. En él descubre que algunos vecinos de esta acogedor pueblo de interior fueron víctimas de trágicos accidentes, epidemias, bandoleros y asesinatos muy violentos. Muchos de ellos han sido silenciados u olvidados de la memoria colectiva para evitar recordar sus horas oscuras. Pero las hemerotecas de los diarios de la prensa española, y a veces también de otros países europeos, recogieron aquellos sucesos que ahora François Carón ha dado a conocer tras rescatarlos del olvido. No lo ha hecho para hurgar en viejas heridas cerradas y olvidadas, sino consciente que es importante conocer nuestro pasado para no repetir los mismos errores.
Entre ellos, dos asesinatos de miembros de una misma familia muy vinculada al Santuario a la Cueva Santa -de la que desciende Jose Ángel Planillo, que ha echado una mano en las traducciones del trabajo-, actos de violencia de género, fratricidios, paso de delincuentes y maquis, trágicos accidentes y tormentas de consecuencias fatales, plagas y epidemias, y mucho más..
En el trabajo también incluye otro hecho trágico desconocido para los alturanos, e incluso para muchos españoles, como es el asesinato político, durante la presidencia de Salvador Allende, de un joven enólogo chileno, Gilo González. Pero ¿y qué tendrá que ver este joven de 22 años asesinado en Santa Blanca de Rancagua, a 11.000 kilómetros de Altura, a principios del siglo XX?. Pues que sus ancestros fueron emigrantes alturanos, que tras instalarse en el país andino y alcanzar fortuna y posición gracias al cultivo del vino -tan abundante en estas tierras en aquel entonces-, se vieron perjudicados en una trama política de lamentables consecuencias. Así que el autor, que tiene con ellos el ser descendiente de esta localidad palantina, los ha querido incluir en esta Crónica negra de Altura, poniendo -quién sabe- la semilla de una posible alianza entre España y Chile a través de los hijos de Altura.
Otro acontecimiento que recoge esta crónica de luctuosos acontecimientos, y del que en su momento se hizo eco la prensa antigua internacional de 1911, fue un extraño robo de ovejas que involucraba a un ex alcalde de Gatova y a su hermano. Su ánimo de cerrar todos flecos de esta historia lo llevó a convertirse en miembro activo y de honor del Centro de Estudios Locales de Gatova, con quienes también ha comenzado a colaborar para localizar a los gatoveros que emigraron a Francia.
De momento, el trabajo, que se puede descargar de forma gratuita desde la plataforma Academia.edu, ha suscitado mucho interés y la llegada de varios correos al autor para felicitarlo, e incitarlo a incluir otros sucesos que no aparecen recogidos, y que seguro dan para una versión ampliada de este trabajo, o una segunda parte. Desde luego, a mi se me ocurre sacarle otro beneficio más didáctico, apto para curiosos y morbosos, para darle una buena utilidad a este enorme esfuerzo de investigación, por el que desde luego cabe felicitar al autor.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia