Coche de la Guardia Civil con el logotipo de la conmemoración del 175 aniversario de la Guardia Civil. EFE/Mariscal
La Guardia Civil de Castellón investiga a dos personas por la emisión de certificados de control de plagas falsificados en bares, restaurantes y supermercados en la Comunitat Valenciana que llegaron a suplantar la identidad de una persona fallecida para expedir los documentos.
Según han informado fuentes de la comandancia provincial, el Seprona de la Guardia Civil de Castellón, en colaboración con la Consellería de Sanidad Universal y Salud Pública de Castellón, tuvo conocimiento de diversas irregularidades en la emisión de certificados de control de plagas (desinsectación, desratización y desinfección).
Los mismos se detectaron en diferentes establecimientos públicos, principalmente bares, restaurantes y supermercados, a lo largo de toda la Comunitat Valenciana.
El control de plagas, obligatorio en establecimientos en los que haya presencia de alimentos, son controlados de forma periódica, a efectos de minimizar los riesgos que afectan a la seguridad alimentaria. De esta forma se asegura un alto nivel de protección en el ámbito de la salud de los consumidores.
Para acreditar la aplicación de tratamientos dirigida al control de plagas, las empresas certifican que han llevado a cabo estas medidas.
Este certificado que es un modelo oficial, con las formalidades requeridas por la Consellería de Sanidad Universal y Salud Pública, es expedido por empresas que realizan este tipo de controles, deben estar inscritas en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Biocidas (ROESB).
Esta actividad que debe contar con personal cualificado en la aplicación de productos químicos empleados para el control de plagas, y con personal encargado de la dirección y supervisión de la correcta aplicación de dichos productos biocidas.
La revisión documental de la actividad permitió al Seprona concluir que los investigados efectuaban aplicaciones de biocidas y emitían certificados en nombre de una empresa, que no constaba en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Biocidas, ya que no estaba constituida y era inexistente.
Por otra parte, se ha podido determinar que la facturación de los servicios que prestaba estaba creada de forma irregular con el objeto de no ser detectados sus servicios por la hacienda pública.
Además, los certificados emitidos por su actividad suplantaban la identidad de personas con capacidad legal para realizar la supervisión y dirección de los tratamientos. Personas pertenecientes a otras empresas del sector, y que en el caso concreto de una de ella había fallecido hacía varios años.
Una de las figuras suplantadas, la de director responsable de los tratamientos, implicaba una falta de evaluación previa de riesgos, la irregular aplicación de los tratamientos, y la falta de condiciones de seguridad recogidas en la legislación vigente, lo que ocasionó un riesgo grave contra la salud pública.
Este hecho, que era desconocido por los usuarios de este servicio, se ha sumado a la denuncia de los afectados, que han colaborado en todo momento con la Guardia Civil.
La investigación continúa con el objetivo de determinar el número total de empresas afectadas por los hechos descritos.
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