Los catorce tripulantes del buque Aita Mari de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) esperan en el puerto de Burriana la autorización que les permita zarpar hacia el Mediterráneo central para seguir salvando vidas y luchando por los derechos humanos y de las personas migrantesEFE/ Andreu Esteban
Los catorce tripulantes del buque Aita Mari de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) esperan en el puerto de Burriana la autorización que les permita zarpar hacia el Mediterráneo central para seguir salvando vidas y luchando por los derechos humanos y de las personas migrantes.
Así lo han explicado este jueves junto al buque el presidente de SMH, Íñigo Mijangos, y el capitán del Aita Mari, Simón Vidal, quienes han recibido la visita de la eurodiputada de Unidas Podemos y portavoz federal de Izquierda Unida, Sira Rego, y el diputado del grupo parlamentario plurinacional SUMAR en el Congreso y miembro de la Comisión Ejecutiva de EUPV Nahuel González.
Mijangos ha explicado que SMH lleva trabajando desde 2016 por los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas y ha lamentado que este asunto esté "totalmente ausente en la agenda migratoria europea".
En la UE, ha señalado, "se reclama el derecho de los estados de proteger sus fronteras" y eso ellos no lo discuten, pero "esa defensa de fronteras no puede estar reñida con los principios de los derechos humanos fundamentales: el derecho a la vida -que se está excluyendo en el espacio fronterizo del mar Mediterráneo y las vallas- y el derecho a migrar, reconocido internacionalmente".
Así, según el presidente de SMH, lo que debe incluirse en la agenda de la Unión Europea es "vías seguras para que las personas puedan optar a entrar en Europa de forma correcta y una vez allí, ser ciudadanos completos con todos sus derechos y protecciones dentro de una situación regularizada".
Por su parte, Simón Vidal, el capitán del Aita Mari, ha señalado: "Somos ante todo defensores de los derechos humanos y de las personas migrantes".
El barco, ha indicado, "lleva dos semanas pidiendo la inspección necesaria para poder salir a aguas internacionales", aunque "se dilatan más que en cualquier otro tipo de barcos", lo que supone "una inestabilidad" que les "imponen" y no entienden.
La previsión de salida es el día 8 o 9 de octubre aunque todavía están esperando las autorizaciones y no se conoce cuándo llegarán. Están ya listos para zarpar y cuando lo hagan irán hacia Siracusa (Italia), y "si escuchamos algún aviso -que siempre hay- alteraremos el curso", ha añadido.
Vidal ha explicado que actualmente crece el número de personas que se lanzan al mar, sobre todo en Túnez, y principalmente "mujeres y niños que arriesgan sus vidas para buscar un sitio mejor".
En cuanto al trato con los países implicados, Vidal se ha referido a Italia, desde donde se cursó una denuncia penal contra él como capitán del barco por exceder el número de ocupantes a bordo en siete personas, y ha dicho no entender "los baremos que utilizan", por lo que "nunca" saben a qué atenerse.
El capitán ha explicado que desde julio, cuando amarraron en Burriana, se ha estado poniendo a punto el barco, con labores de mantenimiento, sistemas de seguridad contra incendios, entrenamientos de rescate de los voluntarios y poner "todo en su sitio".
En cuanto a la tripulación, Vidal ha explicado que está compuesta por catorce personas, seis de ellas voluntarias: una médico, una enfermera, un fotoperiodista y tres voluntarios "acuáticos", además de ocho profesionales de tripulación.
Mijangos ha lamentado que esté "calando" el discurso de la extrema derecha. Desde 2016, ha dicho, que lleva trabajando en Grecia y ahora en el Mediterráneo central, "situaciones que entonces nos indignaban a la mayoría de ciudadanos y nos parecían inadmisibles, al ir normalizando ese discurso de la extrema derecha, hoy en día se toleran situaciones que antes eran inasumibles".
"Seguimos trabajando", ha señalado el responsable de SMH, pero "se acusa una fatiga porque después de tantos años, ver que en lugar de avanzar estamos yendo hacia atrás resulta muy frustrante".
También ha mostrado su confianza en que "si al final se consigue formar un gobierno progresista en España, intente, en la medida que pueda, que esa agenda europea que se va a aprobar no venga con esas recetas de más frontera, más criminalización, más policía o más recursos de contención".
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