Juan Ernesto Pérez: El incendio ha hundido a mucha gente de Teresa pero hay que continuar y salir de esto

El alcalde de Teresa, Ernesto Perez, con Jesús Molina, vicepresidente del Grupo EPDA

El municipio de Teresa ha sido uno de los más castigados por las llamas que el pasado mes de agosto quemaron una buena parte de la zona alta del río Palancia. De las 1.900 has. que tiene el término municipal, nada menos que 1.700 han quedado en cenizas, lo que representa el 92% del total del territorio y también el 9’2% de la superficie global afectada por el incendio.

La superficie forestal ha quedado arrasada pero a nivel ciudadano ha sido la agricultura la gran perjudicada: “A mucha gente el fuego la ha hundido” señalaba el alcalde Juan Ernesto Pérez Calatayud que con 19 años al frente de la corporación atraviesa por los peores momentos de su mandato.

Los vecinos han perdido la cosecha de olivas que aunque este año se presentaba con una mala campaña siempre se recoge algo, pero “se ha perdido toda la cosecha, cosecha que no va a ser indemnizada” indicaba el alcalde.

En el horizonte próximo se anuncia algún tipo de subvención o el reparto de plantones, “pero hay mucho trabajo por hacer que van a tener que soportar los agricultores”. Y otro problema importante es que para obtener alguna producción hay que esperar entre cuatro y cinco años hasta que el olivo o el almendro tengan el desarrollo adecuado.

EL PERIÓDICO DE AQUÍ CON LOS AFECTADOS DEL #EPDAINCENDIOPALANCIA

Las expectativas agrarias se dirigen a la posibilidad de plantar pistacheros cuyo fruto ofrece un buen rendimiento pero es un árbol que también tarda en entrar en producción tres o cuatro años y no llega a su máxima producción hasta el octavo, pero es una buena alternativa que al parecer se puede adaptar bien a las características del terreno.

El alcalde ve el futuro confiado: “el pueblo tiene que salir adelante” remarca con cierto optimismo. Teresa, como la mayor parte de la comarca del Palancia está afectada por un proceso progresivo de despoblación pero en los últimos años parece haber despuntado algo. “Estamos empezando a recuperar gente –resalta Pérez-, con las elecciones de 2019 en el padrón habían 249 habitantes y ahora mismo hay 268, es un ligero aumento que para nosotros es importante”.

A todo ello hay que añadir que el Ayuntamiento tiene en estos momentos una economía saneada. No tiene deudas, y esto es algo que representa un valor añadido a las expectativas de la población para recuperarse de la devastación padecida.