Una de las actividades llevadas a cabo durante la jornada. EPDAEl pasado 19 de abril, el municipio de La Puebla de Arenoso, en la comarca castellonense del Alto Mijares, acogió la VII Jornada de Patrimonio, una cita que congregó a una amplia representación de la comunidad local y de municipios vecinos como Zucaina y Fuente la Reina. La iniciativa, organizada con el apoyo de distintas asociaciones del municipio (Agricolaris, Las Ermitas Medievales, Cuatro Gatos, la Asociación de Jubilados Virgen del Rosario de Los Calpes, entre otras), combinó historia, naturaleza, convivencia y sostenibilidad.
La jornada arrancó por la mañana con una visita guiada a la Fuente de San Miguel, un manantial de gran caudal que alcanza entre 900 y 1.000 litros por minuto. Allí se ofreció una lectura explicativa sobre sus características y las tradiciones populares vinculadas a este punto emblemático, todo ello enmarcado por las vistas privilegiadas del entorno natural. En el camino de regreso, los asistentes también conocieron otras fuentes menores, como la de la Umbría y la situada bajo el cementerio.
Posteriormente, el grupo se trasladó al barranco de la Viñaza, donde realizaron una ruta a pie hasta la Fuente del Ermitaño, ubicada en el paraje del castillo del mismo nombre. Esta fuente, recientemente restaurada de forma altruista por los vecinos Javi, José Miguel y Jorge, destacó por su arco de piedra y el túnel que permite observar el manantial. Como en el caso anterior, se compartió información sobre su historia y singularidades, subrayando su importancia dentro del patrimonio local.
Tras una comida de hermandad en el Hogar del Jubilado de Los Calpes, que reunió a cerca de 40 participantes, la jornada continuó con un taller de elaboración de jabón artesanal a partir de aceite reciclado, impartido por Pilar Calomarde, vecina y “maestra jabonera”. Veinticuatro personas participaron activamente en la actividad, rememorando prácticas tradicionales conocidas por generaciones anteriores. Los jabones elaborados serán repartidos entre los asistentes una vez se hayan secado, junto a una receta escrita para fomentar su reproducción doméstica.
Desde la organización, se destacó el valor ambiental de este tipo de actividades, no solo por su componente educativo, sino por la promoción del reciclaje responsable de aceites domésticos, evitando así su vertido contaminante. La jornada concluyó con un ambiente de entusiasmo colectivo y la satisfacción de haber compartido un día dedicado al cuidado del patrimonio natural y cultural del municipio.
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